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Mancera y Aureoles, chiquitos y marrulleros

Finalmente en el Frente Amplio por México (PAN, PRI y PRD) se decantó por tres figuras para su competencia interna hacia la designación del candidato presidencial de esa coalición electoral.

Se trata de Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes y Santiago Creel, que quedaron en ese orden por el número de firmas recabadas por cada uno de los aspirantes. En el camino se quedaron Miguel Mancera, ex Jefe Gobierno de la Ciudad de México, y Silvano Aureoles, exgobernador de Michoacán, que salieron en la primera fase.

En esta última, Enrique De la Madrid, del PRI, fue descartado. La intención de mencionar a estos tres actores de la vida política, es contrastar sus comportamientos luego de que se decidió que quedaran fuera.

Tanto Mancera como Aureoles resultaron malos perdedores, y haciendo gala de sus prácticas perredistas, están recurriendo a litigar el proceso, o a mancharlo. En realidad, el que esto escribe desconoce los fundamentos que puedan tener en su favor, pero presume que no saben competir y menos perder.

En cambio Enrique De la Madrid reconoció que no había viento favorable para su candidatura, y felicitó a los tres que continúan en la senda por la aspiración presidencial, aunque ya hizo fe pública de estar con el PRI hasta el último momento, quizá en memoria de su padre, Miguel De la Madrid.

Hasta aquí estoy viendo cosas superficiales. Pero hay una mezcla de realidad y lógica política que todos los pretendientes deben asumir, pues no son niños de pecho. En primer lugar, que Xóchitl Gálvez ha cimbrado las estructuras partidarias, demostrando que tanto PAN como PRI, y no se diga el PRD, están en crisis, especialmente de liderazgos.

Pero además, examinando la actitud de De la Madrid, se impone la certidumbre de que en la recta final sólo una figura de su partido podía quedar, ya que a la vez eso haría más competitivo a su partido en la etapa que viene, y sin duda la que más tablas tiene es Beatriz Paredes, que por otra parte también cuenta con un pasado y militancia que ya en la fase constitucional la debilitaría, porque, a final de cuentas, son muy pocos los ciudadanos que estarían pensando en una restauración del PRI a estas alturas. Paredes, no lo olvidemos, nos trajo a César Duarte a Chihuahua. Dicho en otras palabras, Beatriz huele a dinosaurio, y De la Madrid, como se dice ahora, se advertía fresco. La historia pesa.

En cambio Creel, hasta donde se ve, y sobre todo a partir de que renunció a la presidencia de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, está decidido a llegar hasta las últimas consecuencias, y si me apuran un poco, a quedarse con la candidatura, no obstante sus escasas posibilidades de llegar a la boleta electoral en las elecciones de 2024.

Mancera y Aureoles se ven chiquitos y marrulleros, y están actuando bajo la divisa perredista de litiga que algo quedará. Gritan ahora para quedar después dentro de la nómina. Poco se puede esperar de ellos, como poco se puede esperar de este Frente Amplio por México, en términos de la transformación que el país necesita para salir de la crisis que se abate sobre el país.