Contrastando con las voces de los gobiernos federal y estatal, los campesinos y agricultores de diversas regiones del estado, se han levantado una vez más para reclamar las pésimas decisiones y el abandono estatal al campo mexicano.
No hace mucho tiempo el panismo tomó la bandera del agua en la región centro-sur del estado eminentemente oportunista y electoral. Ahora la pugna es con el gobierno federal por las políticas dictadas para la Comisión Federal de Electricidad, en materia tarifaria y de consumo y cortes de energía eléctrica, que afectan la producción agrícola.
Recurrentemente se toman medidas de insurgencia popular, como bloquear las vías del ferrocarril, lo que indiscutiblemente impacta la circulación de bienes y mercancías, algunas de las cuales son indispensables para completar las cadenas de producción.
Sin duda la lucha de agricultores y campesinos es legítima, y se toman medidas extremas porque quienes tienen que decidir todo esto, carecen de una visión de Estado para el fomento de la economía básica, como es la agricultura, de por sí afectada por políticas erráticas y carentes de planeación.
Agredir y reprimir a este movimiento, será tanto como echarle gasolina al fuego. Vaya nuestro apoyo a los insurgentes.