Ya casi es un lugar común en el argot político del país hablar de “sospechosismo”, pero de vez en cuando esta figura cuasi retórica, puesta en boga en algún momento por el panista Santiago Creel, ronronea todavía en algunos rincones del país. Tal es el caso de la reunión que esta mañana sostuvo la gobernadora Maru Campos con los ex funcionarios de Hacienda federal Ernesto Cordero y José Antonio Meade, que se pronuncia “Mid”, par de asesores costosos para un erario sufrido pero que, todo indica, no puede manejar por sí solo el secretario del ramo, José de Jesús Granillo.
Con cada visita de esos pájaros de cuenta, que en realidad son representantes vivos de la desgracia nacional durante los sexenios de Calderón y Peña Nieto, respectivamente, es menester preguntarse, entonces, para qué sirve Granillo.
No sabemos si el secretario de Hacienda local se siente más seguro cuando aquellos vienen a decirle qué hacer en materia financiera de un entidad federativa ajena, o si en realidad se siente tan abrumado e incómodo que no es capaz de externarlo porque le debe obediencias a Campos Galván, que le impone tamañas intromisiones.
Lo más risible es que los reportes noticiosas informaron que ambos asesores llegaron al Palacio de Gobierno acompañados… de sus asesores.
Las notas periodísticas no pudieron evitar el humor involuntario ante la falta de transparencia de este gobierno, reportando sobre dicha reunión que de “los principales aspectos que abordarán, no brindaron detalles”.
¡Carajo!