Desde luego no se trata de la famosa obra de teatro de Rafael Solana. Esta columna se refiere a la lucha de las mujeres, a partir de que hoy ha salido a escena un conjunto de varones, por cierto con mucho financiamiento empresarial, a convocar, supuestamente, en la formación de liderazgos para “empoderar a la mujer”.
Se trata del Segundo Seminario Internacional de Liderazgo Católico, que abordará el papel de la mujer en la vida pública. Se pretende una “capacitación” a la que convoca la Academia Internacional de Líderes Católicos, que desde luego cuenta con la bendición papal.
Al frente están, como tutores, un ramillete de varones encabezados por José Antonio Rosas Amor y Manuel Fitzmaurice, financiados por Enrique Terrazas y Leopoldo Mares, de la pretenciosa y más rancia aristocracia chihuahuense.
No cuestiono el derecho que tienen para realizar estos trabajos, lo que se advierte es que no han entendido que las mujeres ya no necesitan este tipo de tutelajes, anclados en las convicciones religiosas que, digan lo que digan, le asignan a la mujer un papel subordinado a los hombres.
Por eso la cabeza que tomo en préstamo de Solana y que ahora convierto en pregunta: ¿El empoderamiento será tal que abogarán para que haya sacerdotisas, obispas y hasta aspirantes al trono pontificio en donde el Consejo Cardenalicio está integrado por santos varones? Larga la pregunta, pero pertinente.