Cada vez más se evidencia la penosa situación que ha venido minando la enorme aceptación de AMLO al momento del triunfo en la elección presidencial. Como era de esperarse desde su arribo al poder, la derecha y los grupos económicos que gozaban de privilegios en los gobiernos anteriores desataron una fuerte oposición y una crítica constante a las acciones emprendidas por el presidente.

Sin embargo, la reacción maniquea adoptada por el gobierno de calificar como conservadores y golpistas a todos aquellos que ejercen la crítica y no lo apoyan ha venido sumando cada vez más a organizaciones y personajes que otrora, durante muchos años, fueron compañeros de lucha, ya que formaron parte importante en movimientos populares, campesinos, urbanos y demás actividades políticas y sociales desplegadas por Andrés Manuel.

Es el caso de Carlos Heredia, destacado investigador del CIDE y activo participante en organismos civiles con marcada tendencia izquierdista, que hoy ve con gran preocupación el acoso y persecución sobre académicos e instituciones cuyo propósito fundamental es el avance de sus reivindicaciones y la libertad de pensamiento. Quien tratando de entender qué es lo que ha pasado para que este gobierno haya acabado enemistado con quienes de manera natural podrían ser sus compañeros de lucha, solo atina a expresar esta síntesis que formula al presidente López Obrador: devuélvenos a Andrés Manuel, devuélvenos a aquel que hizo activismo social reivindicando a los migrantes, a los trabajadores, etc.