Columna

El presupuesto de Chihuahua lo decidirán en familia

Los congresos, en este caso me voy a referir al del estado, suelen estar en profunda desventaja con el Ejecutivo a la hora de aprobar el Presupuesto de Egresos. En términos generales, en lo que se conoce como “paquete económico”, que abarca también el ingreso y la deuda, el Ejecutivo tiene un ejército de personas laborando los 365 días en la materia, a contrapelo de que el Congreso dispone a lo más de un par de semanas para conocer y decidir, y muchas veces, cuando los proyectos se ocultan, o simplemente tienen una mayoría previsible que secundará, las cosas pasan muy lubricadas a su decisión final.

En otras palabras, casi se trata de una decisión unilateral, así sea que teóricamente sea una decisión compleja que pase por dos órganos decisores.

Si los diputados, en el caso que me ocupa, no saben lo que el Ejecutivo trae entre manos, y si además no hay prensa que lo explique e informe, la sociedad, el ciudadano de a pie, menos, mucho menos, a pesar de que ya como causante o bien como el que va a sufrir las consecuencias, se queda, como se dice coloquialmente, en ascuas.

Actualmente en el Congreso del Estado se examina este punto, se publicita que ya los secretarios del ramo asistieron al Legislativo y con eso se considera burocráticamente saldado el problema. De tal manera que sólo por una ligereza del lenguaje se pueden considerar “representantes” a quienes votan esos instrumentos; en particular sostengo que no representan a nadie, y que muchas veces lo que los diputados logran son beneficios personales, productos de la corrupción.

Del PRI y el PAN que gobiernan a Chihuahua nada podemos esperar. En cambio, cabe el reproche a los de MORENA porque parecen, o de hecho son, convidados de piedra.

Acá, afuera, realmente no se sabe qué pitos tocan; ¡ah!, pero dicen que son diferentes.