No se le puede decir al auditor, mucho menos en finanzas públicas, “yo tengo otros datos”, porque precisamente los datos que se revisan son los que ha de aportar el que pasa por un proceso de contabilidad gubernamental como el apuntado. 

El combate actual a la corrupción parte de una idea peregrina: considerarlo como una buena intención que forma parte de los buenos propósitos del gobernante. Es estructural el problema y en México, endémico. 

Lo dicen los expertos: “la taza de prevalencia de la corrupción (con López Obrador) ha mantenido una tendencia al alza en los últimos 2 años”. Afirman también que “su discurso es auto referencial (…) reñido con la ideada básica de la rendición de cuentas”. 

Como muestras bastan esos dos botones proporcionados por  la señora Jaqueline Peschard, distinguida ciudadana, académica y algún tiempo presidenta del Instituto Federal del Acceso a la Información Pública.