Columna

Ortuño al ICHMUJERES: no es su turno

Nombrar a Teresa Ortuño para encabezar el Instituto Chihuahuense de las Mujeres, no me queda duda, sería una bofetada al feminismo en cualquiera de sus vertientes. Ella está en las antípodas de toda la agenda que se engloba progresiva de las mujeres, no me detendré a desglosarla.

Tiene una historia bien ganada en la derecha política que está a la vista de la sociedad chihuahuense. No cuestiono sus convicciones ni sus habilidades, sino su idoneidad para el cargo.

Vale la pena recapitular lo que puede estar detrás del debate que se ha abierto con motivo de su posible designación como cabeza del ICHMUJERES. Una posibilidad es que, encontrándose fuera del aparato burocrático, aspire a cobrar la parte que le toca por su militante participación en el PAN y en su esfera más recalcitrante de la derecha política y que en el procesamiento de su ambición en los mismos círculos de gobierno se haya filtrado su nombre para obtener reacciones y utilizarlas como cartas definitorias de una eventual negativa, como ha ocurrido. De estas reacciones ni hablar, se hicieron presentes y son muy válidas.

La otra posibilidad, absolutamente del gusto del gobierno actual, es que, en efecto, se le quiera poner en esa jefatura para, de una manera aguerrida, hacerle frente al feminismo chihuahuense de todos los matices y con la pesada historia que carga el feminismo.

No son pocas las batallas históricas que aquí se han librado, y la señora Ortuño ha estado en el polo opuesto.

Un tanto al margen de lo anterior, pero no sin importancia, está el destacar dos aspectos de este problema. En primer lugar, que se retire la posibilidad de Ortuño pero quede una mujer del mismo talante y que se encargue de la obra ideológica y política para fortalecer a la derecha y que la potencial candidata no tenga una historia visible y por tanto desarme una oposición. No olvidemos que la derecha tiene siempre muchas cartas para jugar.

El segundo es que se crea que se tiene la fuerza y los arrestos como para empujar una candidatura con afinidades con el propio movimiento, lo que también tendría sus asegunes, porque hay institucionalidades que a partir de un reformismo barato también pueden hacer mucho daño. Pero de esto no tengo información para realizar una apreciación puntual.

Pero sí quiero dejar constancia de que Teresa Ortuño, si de deberes podemos hablar, no está en su turno para este cargo.