Nuevo Amanecer – Cavall 7: ¿enemigos? en calzones ajenos
Debe ser una incomodidad compartirse en los calzoncillos ajenos con el enemigo. La pelea de box entre el canadiense David Lemiux y el chihuahuense Marcos “El Dorado” Reyes, dio cuenta de ello: entre los logotipos estampados en los cortos del pugilista local, además de encontrarse el del Nuevo Amanecer del gobierno estatal, se encontraba el de Cavall 7, marca de la empresa productora de vinos propiedad del empresario deliciense Jaime Galván.
Es decir, la administración corralista compartió en los bajos la grafía de sus emblemas con uno de los recientes solicitantes de amparo, efecto colateral de los mal llamados “maxiprocesos” contra acusados de corrupción del sexenio pasado, pero, en lo fundamental, uno de los proveedores millonarios del duartismo.
Son esos pequeños detalles –los de los calzones del boxeador– los que llaman a la suspicacia. ¿Por qué irónica circunstancia del destino tendrían qué compartir ese breve espacio el persecutor de los socios del vulgar ladrón y uno de los empresarios beneficiados del dispendio duartista? ¿Los promotores del deportista lo sabían?, ¿lo sabían los anunciantes? Quién lo sabe.
Lo que sí sabemos desde estas gradas es el patrocinio estatal a “El Dorado” y es el mensaje que, en términos de la percepción que tanto ha ocupado a la presente administración, se lanza nuevamente a la ciudadanía que se le prometió una actitud distinta frente a los enemigos de la sociedad. Las migas del gobernador con altos empresarios (los Vallina, competencia en vinos de Galván, por ejemplo), sus devaneos en el golf, que ciertamente no es de gustos populares, el sostener a una priísta-serranista pro Trump en el gabinete, desayunar con Patricio Martínez, el exgobernador que detesta a las organizaciones civiles, y caminar del brazo del mafioso sindical, Doroteo Zapata, es una alarma que ya sólo los más recalcitrantes no perciben.
Para el dueño de Cavall 7 seguramente es un asunto puramente de negocios, por eso se advierte que no hay de por medio alguna excusa ética al respecto. Pero, forzando la idea, ¿qué gana y qué pierde el gobierno del estado que buscaba hacer la diferencia al anunciarse en los calzones de “El Dorado”? Antes que hacer negocios, la administración actual fue llamada a gobernar y a hacerlo del modo más correcto posible.