Cada día que pasa resulta más evidente una falacia de la Cuatroté: ofreció que la política internacional sería determinada por la política interior. Eso no puede ser en estos tiempos de interdependencia y globalidad, es una verdad archisabida. La autarquía es imposible y solo existe en la agotada cabeza del presidente.

La pandemia le dio el primer azote, ahora la invasión rusa a Ucrania.

Es la característica de las tiranías populistas: creer que la realidad es plastilina moldeable entre sus manos. Macuspana no es el planeta.

De consecuencias funestas quedarnos sin una visión de mundo y de mundo complejo, además.