La política se mueve ahora al acedado filo de una navaja. El que se resbale se va a cortar, se puede hacer picadillo. Sófocles, en su tragedia Ayax dice a través de uno de sus personajes: “No me gusta tampoco un lenguaje así en las desgracias. Las palabras duras, aunque estén cargadas de razón, muerden”. Quiero decir que en medio de esta crisis, cuya profundidad aún no dimensionamos del todo pero que sabemos abarca vastos campos de la vida humana, no puede ser caldo de cultivo, en especial para el oportunismo, oportunismo que podría tener éxitos o rendir réditos, pero que serían tan fútiles que hundiría como nunca al país mismo. 

De aquí que hacer política en estos momentos es altamente complejo. Los que están en el estado y en sus gobiernos deben aprender a no lucrar con la tragedia, lo que se ve difícil. Los fanáticos, del signo que sean, deben deponer sus armas y tomar algo del sentido y el valor de la tolerancia, y los pedestres del tipo de Fermín Ordóñez, que reparte gel en las esquinas para que le paguemos con la alcaldía, es tan adefésico que prácticamente lo debiéramos almacenar en una “cuarentena” de por vida. 

No quiero dejar de lado que hay otros signos igualmente letales al arte de la buena política. Como los fracasos de Corral en el asunto de la lucha anticorrupción, en especial de lo acontecido en el escándalo del magistrado Jorge Ramírez, un duartista que tampoco se puede colgar de las circunstancias porque, si no le han logrado demostrar los delitos, eso no lo exonera de estar colocado en el ámbito de la más negra corrupción que registra el estado de Chihuahua de 2010 a 2016.

Si Corral y sus funcionarios sabían que  jueces y magistrados federales eran corruptos, ¿porqué no lo recusaron en tiempo y forma? Porque ahora usar esa vieja argucia, denota que son malos abogados y pésimos litigantes. Corren, a su vez, propuestas loables dirigidas a palear los efectos de la emergencia sanitaria y económica, pero mientras traigan el emblema de un partidarismo personal, denotarán un utilitarismo que hoy la sociedad reprueba. Así es que a cuidarse, habrá a algunos que esto no les interesa. Allá ellos, empezarán así a perder futuro.