Columna

La guerra peruana

Cuando un Estado carece de política exterior sólida, consistente, derrapa en el mundo. Se aísla o se convierte en agresor. No practica la diplomacia que, si bien es arte de mentir, no se agota en eso. 

Así vemos que con voz de quena peruana se ha declarado a la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum como “persona non grata”. 

¿A quién conviene esto? A nadie, salvo a los que alimentan su necesidad de dominio interior, construyendo un enemigo exterior, invisible, que no se alcanza con nada, menos con discursos solemnes y ramplones.

México como Estado debe estar abierto al mundo, solventar las ideas básicas que le permitan tener una carta de navegación en un mundo difícil como el de hoy. Lo ha logrado en el pasado y puede lograrlo hoy.

De lo contrario, el riesgo –y eso sí es peligroso– es que nos van a aplicar la frase de Ciorán: “Persona non gratis”. Y México no está en venta.