Columna

Fuera Gabriel Sepúlveda del Poder Judicial

A los ciudadanos de Chihuahua:

En Chihuahua la democracia no se puede consolidar y el Estado de derecho continuará como una ficción mientras se mantenga al frente del Tribunal Superior de Justicia a Gabriel Humberto Sepúlveda Reyes, el presidente impuesto por César Duarte y una parte de los magistrados que hoy ocupan su cargo a consecuencia de la sumisión en la que se ha postrado al importante poder garante de la justicia en la entidad y del conocido golpe del exgobernador a esa institución.

Es una necesidad impostergable para la existencia de la división de poderes, de la cual depende la vigencia de la Constitución, recuperar para Chihuahua un poder indispensable y necesario, integrado por jueces y magistrados libres, que cuenten en su haber con la confianza de la sociedad, particularmente de los justiciables que ponen en sus manos la resolución de sus conflictos y diferencias para resolverlos mediante sentencias apegadas a la ley.

En los últimos años Chihuahua ha visto un Poder Judicial hundido, en el naufragio a que lo han orillado las prácticas de la politiquería barata, pero activo y beligerante cuando de defender a Duarte se trata. No está de más subrayar que las altas esferas del tribunal se han convertido en el refugio de quienes no tienen ni la dignidad ni el profesionalismo para ocupar cargos que jamás debieron concederles.

Sepúlveda Reyes jamás ha contado con una carrera judicial que acredite su capacidad para presidir al tribunal. Proviene del favoritismo de su amo César Duarte, de un priísmo decadente que le facilitó a él ser obediente diputado durante el duartismo, pieza de utilería cuando fue defenestrado de la candidatura a la alcaldía de Parral, pagado con la Secretaría General del propio tribunal, convertido al vapor en magistrado y de ahí encumbrado a la presidencia que hoy ostenta, pero que debe finalizar para dar paso a la reconstrucción y cancelar el prevaricato.

Es del dominio público que durante el pasado gobierno al Poder Judicial se le humilló y ahora se le quiere convertir en el reducto de César Duarte y en la catapulta del revanchismo estéril que lo anima.

EXHORTACIÓN

Llamamos a la ciudadanía, a los abogados, a la sociedad, a una lucha frontal para limpiar de una vez por todas al Poder Judicial de Chihuahua, a hacernos presentes, a iniciar acciones penales, a exigir renuncias inmediatas, portación de distintivos de repudio, desobediencia a la consigna, a emprender juicios de procedencia o juicios políticos cuando estas herramientas sean utilizables y eficaces, conscientes de que hay una situación institucional que favorece transitar por ese camino. Que no haya una sola forma de lucha política que dejemos de utilizar para lograr el objetivo aludido.

El Congreso del Estado debe intervenir en favor del interés de sus representados. Pedimos respetuosamente a los magistrados libres que aún están en el Pleno, a los jueces, a los funcionarios judiciales en general, a levantar la voz para poner un hasta aquí y no permitir que el Poder Judicial naufrague en la condición de aparato político del duartismo.