Ignacio Galicia, secretario en el gabinete de Maru Campos, no pierde el tiempo: empezó detectando becarios y en poco tiempo terminó colocando a su comadre, Isabel Encerrado, como titular de la Unidad de Género de la dependencia.

En sus redes sociales la señora Encerrado lo comunicó así, lo transcribo con todos y cada uno de sus horrores ortográficos:

“Hoy regrese de nuevo a mi anterior puesto como titular de la unidad de género de la secretaria, fue un día sumamente agradable todas y todos me recibieron con mucho afecto, aunke algunxs ya ni trabajan ahí. A reiniciar el trabajo con nuevos proyectos y sin soltar el cejudo, hasta k abramos el albergue”.

Este hecho nada tiene de raro en los tradicionales mecanismos que la corrupción y el nepotismo han puesto en práctica en este país desde tiempos inmemoriales. Así se han construido gobiernos de compadres y por esa senda trabaja la administración actual, edificada sobre los despojos de un triunfo electoral raquítico.

Caben algunas preguntas, sólo por ejercicio fortalecedor de la memoria: después de haber estado en el gobierno corralista, ¿se podrá hacer alguna política de género en el régimen Provida de María Eugenia Campos Galván? Creo que la respuesta es obvia.

En realidad, tanto Ignacio Galicia, como Isabel Encerrado, Mario Vázquez y hasta el mismísimo Víctor Quintana, forman una logia de derecha muy voraz para ocupar puestos. Ya nada más falta que llegue Colunga, sí, el moreno, con sus recomendaciones.

Cuando digo todo esto lo catalogo como el secreto mejor encerrado, porque es de aquellos que suelen desparramarse como reguero de pólvora.