Donald Trump no es todopoderoso
La derrota electoral del trumpismo, sin duda, va a traer repercusiones internacionales. Se le empezará a ver como el Goliat que puede ser derrotado por un David con una simple honda por más arma.
Los demócratas se impusieron en Virginia y en Nueva Jersey con rangos sobrados de victoria que no dejan lugar a dudas y se impusieron al manoseo muy típico del presidente populista que al interior de su país va reduciendo su legitimidad y acrecentando la oposición.
Quizás no sea el momento de inflexión, no lo sabemos hoy, pero en el mundo se le verá como venido a menos y eso es muy importante. Sé que los demócratas son la otra cara de una misma moneda, pero también tengo en cuenta que en Estados Unidos hay, en el fondo, una tradición democrática importante, modélica para la construcción de repúblicas democráticas y federalistas en el continente del que formamos parte, y no se arredrará fácilmente frente al desenfreno de un presidente abominable y destructor de instituciones.
Siempre recuerdo la carta de Carlos Marx, internacionalista, felicitando la elección de Lincoln por su arribo presidencial, a contrapelo de los conservadores esclavistas del sur, de los cuales es heredero Donald Trump.
En especial es una buena noticia (aire fresco, diría Dinorah Gutiérrez) que Zohran Madmani haya ganado la alcaldía de la importante y emblemática ciudad de Nueva York –a la que le canta Sinatra– siendo un migrante nacido en Uganda, demócrata, socialista y, por si faltara poco, musulmán. Es, a no dudar, una bofetada a Donald Trump, que se introdujo en la contienda electoral de manera amenazante, tal como lo hizo en Argentina, con éxito, en el caso de Milei, pero que ahora fracasó en su propia tierra.
Cosas del melting pot, del crisol de culturas, dirán unos. Sin embargo, lo de hoy es una patada en el trasero a un presidente racista, populista, destructor, intervencionista, belicista y otro montón de miserias humanas más.
También para los álamos hay hacha, dice conocido refrán. Y ahí mismo está depositada la moraleja.


