Los delitos y atracos al patrimonio de Chihuahua cometidos por César Duarte y sus cómplices no fueron, no son y no serán prioridad para Maria Eugenia Campos Galván.

Las recientes declaraciones de la gobernadora panista vienen a comprobar de qué lado estuvo durante la tiranía corrupta y corruptora. Sus afirmaciones a la revista Proceso son una cínica defensa de la justicia selectiva.

Este es un tema que se va a convertir en punto de agenda permanente en contra del equipo gobernante recién instalado en el estado de Chihuahua.