Nada más por molestar, como dijo el gallego. Hace unos días el agente de ventas de Alito Moreno en Chihuahua, dijo que aquí ya no hay “vacas sagradas”, probablemente en alusión de los exgobernadores Fernando y José, de apellido común Baeza.

Es una genuflexión que hace Alejandro Domínguez para arrodillarse ante el campechano corrupto, al igual que lo hace Graciela Ortiz. ¿Hasta cuándo se dio cuenta? Es de lento aprendizaje o ya se fue al PAN que tanto lo gratifica, hasta lo hizo diputado federal por sus credenciales duartistas.

Le recuerdo a este becerro mamón que las vacas son sagradas en otras partes –India, por ejemplo– porque dan leche, mantequilla, yogur, orina para las macetas y estiércol para combustible y las de aquí solo otorgaban puestos, como la diputación  que Duarte le regaló a Alejandro Domínguez. Ese es el fondo de este mamífero.