Todo indica que en Chihuahua es más duro salir de un CERESO, cumplidas las penas de ley, que estar prisionero.
Luego de los espeluznantes acontecimientos de la evasión de reos en Ciudad Juarez, el maruquismo hizo sus movimientos: cayó el fracasado fiscal Roberto Fierro Duarte y en su lugar se designó al político César Jáuregui Moreno, al que se le rediseñó el cargo, le llaman reingeniería, cercenando la atención de los CERESOS de la fiscalía, trasladándolos a la Secretaría de Seguridad Pública a cargo del inexperto y mentiroso Gilberto Loya.
No pueden estos funcionarios, ni juntos ni separados, abatir el autogobierno en los penales, ni el que sean el territorio desde el que se delinque para la extorsión y de hecho existe una extraterritorialidad estatal en manos de la delincuencia que es más poderosa que el mismísimo gobierno estatal.
Adentro de los penales está la delincuencia organizada, el privilegio de quienes lo controlan, el monopolio del comercio interno y la distribución de la droga y a esto se agrega que cuando salen y por las deudas se corre el riesgo de perder la vida, a ciencia y paciencia de todo el aparato burocrático y la colaboración de policías que andan en sus días francos y se echan sus liebres sin que les pase nada.
La modalidad es que ahora también se puede morir ahorcado como le sucedió a un preso cuyo nombre preciso no se puede proporcionar por la nebulosa que rodea al evento y sucedió en el penal de máxima seguridad de Aquiles Serdán, apareció estrangulado y terminó sus días de esa horrible manera.
Podemos conjeturar muchas cosas, pero no viene al caso. La realidad es que el trío Maru-Jáuregui-Loya, no sirven, entre otras razones, porque están en sus puestos para hacer negocios antes que para las complejas tareas para la seguridad.
No fue suficiente para prevenir este suceso que aparte de los custodios había policías estatales y la infaltable Guardia Nacional lopezobradorista.
Todo lo sucedido en derredor de estos casos es motivo para que rodaran cabezas en la administración, pero no será así, en particular porque se trata de otra delincuencia que tiene al estado como simple fachada.