El fracaso al frente de la seguridad en Chihuahua tiene responsables y deben pagar por ello: Javier Corral, César Peniche y Emilio García Ruiz. Se podría añadir a Óscar Aparicio, pero ya hace tiempo que salió de escena. El caso es que sin políticas definidas, descuido superlativo, la violencia del crimen creció exponencialmente por falta de gobierno y no se diga de estado. 

El hecho lo exhibe de manera muy elocuente la misma denuncia que el fiscal expresó en el sentido de que elementos de la zona sur al mando de los irresponsables gobernantes cambiaron, simple y llanamente, de bando, dejando su función pública al garete para integrarse ni más ni menos a un cártel. 

Uno se pregunta: ¿no hay controles internos? ¿no hay ojos que vean esto? ¿hay imprevisión que sólo produce daño a la sociedad? No batalle, lector, la respuesta es afirmativa. 

El actual gobierno se quiso significar en estos cinco años de ejercicio como un “nuevo amanecer”, pero en realidad nunca pasó de la oscuridad y las tinieblas. Sus cifras lo condenan, moral y políticamente. Pero eso no basta, hay que fincarles responsabilidades.