En el tema de la interrupción legal del embarazo, la señorita Maru Campos y Omar Bazán forman parte del mismo partido de derechas, más allá de que la primera es panista y el segundo síndico de la quiebra del PRI, perdón, presidente de su Comité Directivo Estatal.

Participan de los mismos argumentos nulos, sus postulados son verdaderos adefesios construidos con mentira y demagogia. Pareciera que ambos más participan por la presidencia del Movimiento Familiar Cristiano que del sabido cargo gubernamental que desocupa Corral. Las mismas baratijas de la derecha, las mismas engañifas y el mismo afán de lucrar con un tema resuelto teórica y jurídicamente en no pocas partes del mundo progresista; en otras palabras, querer imponer convicciones personalísimas en asuntos de interés y derecho público, olvidándose de la Constitución y la ley.

En el caso de Maru Campos, que bien pudo haber optado por la vida monacal, es comprensible que realice prácticamente la última de las maniobras de la derecha; en cambio, Omar Bazán al menos debiera leer los documentos del partido que representa y darse cuenta que es incongruente hasta en eso, que tanto le puede beneficiar por ser una agenda liberal que hasta podría servirle en lo personal en otros de sus ámbitos. Pero no, al parecer él piensa que eso no da votos.

Los grupos progresistas les podrían cantar a ambos esa canción que dice: “voy viviendo ya de tus mentiras”, sólo que en este caso es falso, pues no puede hacer feliz eternamente a las personas, en este caso a las mujeres, por la maldad que pregonan ese par de adversarios complementarios y simuladores.

Lo dicho, la derecha mexicana tiene dos casas: la azul y la tricolor.