El gobierno de Javier Corral pasará a la historia como el gobierno de los pésames y del ofrecimiento, casi un juramento, de que se hará justicia y que los crímenes no se quedarán impunes, como una muestra inequívoca de que su retórica es vacía y que cree que convence, cuando lo contrario es cierto, precisamente porque los hechos, tercos como son, no dan congruencia a las palabras con las acciones.

A través de la cuenta de Facebook de Nelson Yolohmazatl me he enterado de una iniciativa llamada “Justicia para Enrique”. Se trata de una convocatoria para realizar una manifestación el próximo 28 de enero a las 11 horas en la Plaza Hidalgo, frente al Palacio de Gobierno. Esta propuesta es un llamamiento ciudadano a la comunidad en general para participar de manera pacífica y exigir justicia y aplicación de la ley en el caso del asesinato de Enrique Servín, inocultablemente víctima de un crimen de odio que estremeció a Chihuahua durante el mes de octubre de 2019. 

Se trata no tan sólo de una solidaridad debida y ganada por la vida y obra de Servín, sino de un llamamiento necesario, porque estos delitos, emblemáticos, no pueden ni deben quedar impunes, como todos sin excepción, pero sin duda jugando el papel de llamar la atención colectiva de que el homicidio es la máxima expresión de un conflicto largamente larvado en nuestra sociedad, al igual que el de Miroslava Breach y el muy reciente de Isabel Cabanillas De la Torre. Debemos exigir justicia en respeto a sus vidas, a sus familias y a sus seres queridos, pero no soslayarla de ninguna manera, porque son hechos ominosos que entrañan la más severa aplicación de las normas del orden público en materia de defensa de la vida y la paz. 

Debemos exigirle a este gobierno de Javier Corral que no bastan sus pésames y sus ofrecimientos de una justicia, que si brilla por algo es por su ausencia.