Mi querido Gorbachov afirmó –cito de memoria– que cuando se llega tarde, las fuerzas de la vida te lo cobran. La referencia es obvia, la antigua URSS se quedó atrás en un manojo de aspectos clave y lo pagó con el derrumbe del llamado “socialismo real”. 

En parte hay culpa de la gerontocracia, de Brézhnev, que viejo y todo pretendió eternizarse en un poder que lo superaba en todos los aspectos. Su error fue pasarse de la raya que ha de marcar un final biológico, que no necesariamente la muerte. 

Cambiando lo que haya que cambiar, porque es nada lo comparable del viejo dictador soviético con el diputado Rubén Aguilar Jiménez, ya es tiempo de que alguien le diga que también existe el retiro. Aunque no lo merezca, díganle que su tiempo ha terminado, que hay una foto que lo grita.