No es que no lo comprendan, es que se quieren imponer contra toda razón a la ley y al derecho. En Baja California se organiza a partir de estos días una consulta pretendidamente para determinar si Jaime Bonilla amplia su periodo a cinco años. Es del dominio público que este expriísta, morenista de reciente factura, mexiconorteamericano y empresario quiere tres años más cuando su mandato es, indubitablemente, de dos años. 

Hay quienes señalan que no se trata de un proyecto reeleccionista. Discrepo de esa opinión, pero encuentro insuperable el argumento de que Bonilla fue electo para dos años, ganó la elección precisamente para un bienio y nada más. Esto es tan irrebatible como que el sol es el centro de nuestro sistema planetario; pero como en política todo se vale, ya saben que hasta esto ha sido cuestionado. 

El cuerpo ciudadano consultado en la pasada elección le dijo a Bonilla: dos años y ni un día más. Organizar una consulta para una prórroga de tres años más es un verdadero atraco que está justificando por omisión el partido MORENA y el silencio de López Obrador. 

Tan grave es el problema que de tolerar las pretensiones del mañoso expriísta, mañana se le puede ocurrir a Javier Corral o a López Obrador realizar una consulta y arrogarse unos añitos más. Este es el peligro reeleccionista. Ni Porfirio Díaz lo intentó, duró más de treinta años en el poder pero nunca violó formalmente una ley. 

Por esta y otras razones, mi deseo es que Jaime Bonilla encuentre ya su 20 de noviembre, o mejor dicho, su Ypiranga.