La mayoría de las veces observamos las estadísticas y los números gubernamentales sin tener la posibilidad de darles la dimensión que tienen, por eso resultan incomprensibles. Desde luego no para todos. 

Ha circulado en los medios que Javier Corral ha acumulado 552 vuelos y su equipo 436, a un costo soportado, en un erario del que se queja permanentemente, de 60 millones de pesos. Para observar esta cifra conviene compararla con otros rubros de la administración pública presupuestados por el Congreso del Estado, lo que nos servirá para tener una noción de montos y especialmente de prioridades. Para fines de comprensión, me permitiré cerrar las cifras. 

Contra los 60 millones de viajes, muchos de ellos autopromocionales, se gastan: 

69 millones para atender la CEDH.

50 millones en el Fondo de Ayuda, Asistencia y Reparación a Víctimas del Estado de Chihuahua.

40 millones en el Fondo Mixto de Conacyt.

7 millones en el Instituto de Innovación y Competitividad.

64 millones para tres Universidades Tecnológicas juntas: la de la Babícora, la de la Tarahumara y la de Parral.

47 millones son destinados para el Instituto Chihuahuense de las Mujeres.

18 millones en el Instituto Chihuahuense de la Juventud. 

54 millones en Transparencia.

Como puede verse, los 60 millones en gastos de aviación no son poca cosa, de donde desprendemos que tenemos un gobierno caro y agravado por su inutilidad. 

Como anécdota dolorosa, en Coyame (un municipio abandonado), con pompa y platillo Corral inauguró un camino de 11 millones, compartiendo gastos con otras instituciones, lo que significa que no erogó gran cosa y que con sus dispendios pudieron haberse hecho siete o más obras del mismo calado. 

Todo lo anterior se debe valorar con algunos matices; el sueldo mismo de Corral, nada republicano, y toda la parafernalia del acompañamiento. 

Eso sí, con su propio patrimonio conservador y tacaño.