«La izquierda mexicana está confundida. No se encuentra en donde algunos creen. En donde sí está, no sabe a dónde ir. Morena y su dirigente no son de izquierda, en primer lugar porque jamás han pretendido serlo. Ese partido-movimiento apunta a la reedición, con algunos rasgos nuevos, del antiguo priismo y mantiene una retórica y prácticas populistas que se parecen a lo que algunos consideran que es la izquierda pero que en realidad son antitéticas con ella».
Así comienza el más reciente artículo del sociólogo Raúl Trejo Delarbre, «La izquierda confundida», publicado en medios capitalinos y que, dada la importancia que reviste mantener la crítica del poder que ahora asume –y se asume– de izquierda, bien vale la pena revisar algunos aristas desde ese otro ángulo poco fiado en el discurso renovador, no tanto por los personajes que la integran como por la historia (e historias) empeñada en ubicar los acontecimientos en su exacta dimensión.
Agrega Delarbre:
«En Morena hay dirigentes con trayectoria de izquierda pero subordinados a un liderazgo que no es de ese signo. Los antecedentes de algunos de ellos y sobre todo la costumbre en los medios para etiquetar a figuras y grupos políticos, han propiciado que se diga que López Obrador y su partido son de izquierda (…)».
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Transición ordenada es muestra de madurez democrática: Peña Nieto. La Opción de Chihuahua 11-08-2018. Respecto a esto la «izquierda» que dice encabezar López Obrador, en mi opinión dista mucho de serlo, basta ver que se ha cobijado con lo peor del PR y arropado con el recalcitrante esclavismo del sindicalismo. ¿Al demonio le ayuda Dios? No es blasfemia. Al pueblo lo veo rezando de rodillas y con los dedos quemados por la cera de la veladora y no ve llegar una. El concepto izquierda debe ser depurado, ya se lo gastaron todos los malos izquierdosos. «Mientras vivan la dualidad en la cual ser es parecer y parecer es parecerse al opresor es imposible ser de izquierda». Pedagogía del oprimido. Paulo Freire.