La maestra Ifigenia Martínez, finalmente, deja las filas del PRD, del cual fue distinguida fundadora y dirigente notable. Destacada economista, política honrada, capitaneó con otros hombres y mujeres la ruptura con el PRI y el autoritarismo el año crucial de 1988. Pienso que, de hecho, hacía tiempo que su ausencia se había generado, ahora se concreta y no me queda más que reconocer su renuncia como un buen gesto y una excelente decisión.
Su salida es el termómetro para examinar la profunda crisis terminal del PRD. No digo que en ese partido no existan aún hombres y mujeres de valía a estas alturas, lo que afirmo es que lo mejor ya no está ahí, adelantando la necesidad de fundar un partido de izquierda democrática que mucha falta le hace y le hará en el futuro inmediato al país. Por algo Porfirio Muñoz Ledo la llamó “la corregidora”.