Simulaciones de la CNDH en Chihuahua
La reciente llegada a Chihuahua del Quinto Visitador de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Édgar Corzo, para “conocer” los avances en las investigaciones sobre el homicidio de la periodista Miroslava Breach, puede pasar a formar parte de la lista de agravios que aquella institución tiene para con nuestra entidad.
Puede ser también el abono que la CNDH deposita en la tierra fértil de sus prioridades porque para esa Comisión existen ciudadanos de primera, segunda y tercera importancia. La historia lo corrobora: sólo cuando el “ombudsman” mexicano considera a alguien de relevancia, hasta envía visitadores. Así nos midieron a quienes el 28 de febrero de 2014 fuimos agredidos por agentes del duartismo en la plaza pública y la CNDH no únicamente se tardó, se hizo la desentendida y al final resolvió la Queja que antepusimos muchos chihuahuenses, incluido el hoy gobernador del estado, a favor de un Javier Garfio y César Duarte entonces en el poder. Hoy estos dos últimos no lo están, pero el garrote ya fue dado y ahora se aparenta preocupación con un caso que ya es preeminente de por sí.
¿A quién?, o mejor dicho, ¿a qué favorece esta actitud de la CNDH? La primera respuesta podría dárnosla su infame titular, Luis Raúl González; la segunda, cualquier chihuahuense que se haya enfrentado –sí, enfrentado– con una institución que se supone protector de todos los derechos de todas las personas.