Para nadie es un secreto que gran parte de los medios de comunicación en el país, sustentados en una visión empresarial de la ganancia, viven de los impuestos que pagan los mexicanos, vale decir del patrocinio que los gobiernos les otorgan a través de infinidad de mecanismos, en pago a publicidad oficial y, lo más importante, la compra de la línea editorial. Es el viejo tema del bozal de oro.

En tiempos no electorales obtienen enormes recursos decididos discrecionalmente y sin apego a una legislación protectora de los intereses de la sociedad. Y cuando hay campañas suelen beneficiarse trasladando del fisco a los partidos, y de ahí a los corporativos mediáticos cantidades millonarias que se convierten en un insulto en un país con tantas carencias materiales y con grandes franjas de pobreza extrema en muchas partes de la república. En favor del interés público, brega la idea de generar una rigurosa ley que norme y transparente la relación de los gobiernos con los medios, sin distingo de tamaños ni pesos de ninguna índole.

Los medios deben ser obligados a buscar fuentes de ingreso sin medrar del erario, y que sean esas fuentes las que de alguna manera, también, decidan el peso específico que van a ocupar en la sociedad. Es una pesada carga de la que se debe liberar el recurso público.

En la escena local, Unión Ciudadana, Canal 28 de Sergio Valles, basándose en las investigaciones de FUNDAR y Article 19, hace poco más de dos años pusieron al descubierto los excesos de la tiranía de César Duarte Jáquez en esta materia, publicando datos exactos y tangibles para demostrar que para mantener una paz pública ficticia se gastaban miles de millones de pesos, muchos de ellos destinados al culto a la personalidad del defenestrado cacique, valiéndose en algunos casos de medios que lisa y llanamente se dedicaban a reproducir boletines de prensa con todo y sus faltas de ortografía y sintaxis.

Hoy este tema ha cobrado importancia en la coyuntura porque el INAI y el Centro de Análisis e Investigación (FUNDAR) han acordado mantener una plataforma digital en esta materia, que permitirá una acción cívica correctora, y el gobierno del estado la apoya transparentando la información y comprometiéndose a que esto suceda sistemáticamente. En un momento de crisis, esto es importante porque resulta que en un sexenio, precisamente el de César Duarte, se malbarataron alrededor de 6 mil 700 millones de pesos, de acuerdo a cifras manejadas por El Heraldo de Chihuahua, aunque en el comunicado de prensa del gobierno estatal, se afirma que en los últimos cuatros años del duartismo se ejerció 2 mil 735 millones, cifra congruente con el total, por abarcar un periodo más estrecho.

En todo caso, resulta plausible la apertura en esta materia, por lo que sugerimos se ponga atención al portal amanecechihuahua.gob.mx. Es un compromiso que se debe mantener de manera sistemática, congruente, porque el mismo, al desplegar todas sus ventajas, contribuye a alentar la vida democrática y no la que maquillan los persuasores que se rentan al mejor postor. Aunque no soy afecto al darwinismo social, cuando esta renta se acabe sólo subsistirán los que tengan aptitud para la tarea y fortaleza real, es decir, sin los subsidios del ancestral bozal de oro.

Baeza Fares: de mi mano sin fuerza / cayó mi copa / sin darme cuenta

Baeza Fares. El dueño.
Baeza Fares. El dueño.

Vivimos en una sociedad en la que la previsión prácticamente no juega ningún papel. Durante meses se estuvo construyendo la adefésica Plaza del Mariachi (estéticia duartista dixit) y ahora resulta que en la misma estarán los tradicionales músicos pero no habrá tequila, todo un sinsentido si a sentido de mexicanidad nos atenemos. Unos dicen que el hecho de estar aledaño al Templo de San Francisco, que algún tiempo albergó los restos del Padre de la Patria, impone la reglamentaria disposición, como si el sagrado lugar no se ofendiera por unos metros más, donde actualmente están músicos, cantinas y otras gratas actividades que bien dan cuenta de la pluralidad sexual de la ciudad de Chihuahua. ¡Pamplinas!, diría el gachupín.

En el fondo del asunto, y apuesto doble contra sencillo, a que se venderán buenos mezcales en ese recinto porque los permisos los está pagando desde hace tiempo nada más y nada menos que el galardonado empresario Eugenio Baeza Fares, en número mayor a los diez. Como es del dominio público, este potentado con aires de cacique, se reservó para sí recursos inmobiliarios y negocios como el que comento sin que nadie le haya dicho absolutamente nada, salvo ahora que viene la veda etílica que sufrirán los que concurran a los restaurantes para degustar una comida mexicana o de cualquiera otra índole con unos buenos tragos.

En realidad, la noticia que quisiéramos escuchar, es que le cancelan los permisos, pero también toda la apropiación que efectuó al amparo del poder y en su favor durante el sexenio que se fue, y eso porque no pocos parroquianos desearán ir a ese lugar, colocarse en el rincón de un cantina para que le sirvan el apetecido tequila, para que mínimamente tengamos el regocijo de que de la mano sin fuerza del dueño de las salchichas caiga la copa que nunca debió estar en sus manos.

Santa Cecilia derrota a la Maru

Funcionario callado.
Funcionario callado.

Y ya que hablamos de mariachis que callan, ayer la legendaria Santa Cecilia derrotó a las huestes de la Maru Campos, que intentaron poner en silencio a los músicos en la Plaza de Armas, para no perturbar a los funcionarios del municipio que realizaban rutinario evento. Los mismos parroquianos recriminaron el comportamiento oficial, inadmisible en cualquier circunstancia y más cuando honraban a su santa patrona. En otras palabras, los músicos dijeron, déjenos nuestros órganos al libre ejercicio y que la alcaldesa manipule los suyos atrás del edificio de cal y canto y con la privacidad y regusto que mejor le convenga.