Si uno examina con detenimiento los pronunciamientos formulados por la casta burocrática chihuahuense en el doloroso caso de la niña Lizeth Berenice, encontrará que en todos, sin excepción, se colocan a la defensiva, no asoma por ningún lado ni el sentido de la responsabilidad ni la autocrítica por la ausencia de una seguridad pública para la población. En cualquier acto que aparezca un alto funcionario hay toda una nube de agentes armados, sectores aislados de la sociedad, recintos convertidos en búnkers y todo lo que usted ha visto. Ese es su privilegio y es el desaliento de los más. Cuando ha hablado esta casta se dice que no está de más que la familia vigile, que vivía en zona peligrosa, que había puchadores o narcomenudistas. Terminajos con los que se quiere decir: qué se podía esperar. Esos son los hombres que callan y se cubren, pensando que nadie les reclamará mañana.
Carlos Manuel Salas: contra Dios, sólo el Diablo
Según la prensa, Carlos Manuel Salas, exfiscal general del estado de Chihuahua, será investigado por su responsabilidad en el hecho escandaloso conocido como “Marisela Escobedo”. Por haber sido un fiscal excepcional –Dios lo nombró– supongo que será defendido por un abogado del Diablo. Quién más se podría hacer cargo del patrocinio de su causa de la que, ni duda tengo, saldrá rodeado de ángles y querubines.
GobetBailador sigue igual no hagas nada pero por favor no calles a la prensa no le quites al pueblo su derecho de vivir en la realidad, tu terminas y te irás eso si inchado de dinero y con las manos limpias.