Cuando se vive en un ambiente de tiranía, se tiende a pensar que la única política que vale es, precisamente, la que hacen los agentes de esa tiranía. A tal grado es esto que en la circunstancia chihuahuense, cuando se habla de “el partido” en los medios, se debe entender que es el PRI, y cuando se habla de “candidato” se debe sobreentender que es el candidato de ese partido. Tanto es así que el periódico de cuyo nombre no quiero acordarme, a ocho columnas dice: “Habrá candidato este mes”. Y claro que habla del que saldrá del poder establecido. Así se alienta, sin ápice de duda, que la política que importa, la real, la que es, es precisamente la que se hace en el viejo partido hegemónico.

Y, en efecto, en materia electoral, como en todo procedimiento, no hay plazo que no se cumpla. Los tiempos, como acostumbran decir, se suceden con rigor y hay que ir quemando cada etapa, antes de que cada etapa queme al partido. Así las cosas, de entre los diez aspirantes priístas –unos reales, otros de fachada, unos jugando carambolas de tres bandas y todo lo que usted quiera– saldrá un candidato o candidata, y el resto de manera abyecta y servil se han de plegar. En esta elección no habrá disidentes; podrá haber lágrimas y rencores, pero la sangre no llegará al río. Nada que no se haya visto en otros procesos, con matices novedosos, pero que no pasan de la anécdota transcurridos unos cuantos días. En realidad, a mí eso no me preocupa mayormente.

Lo que sí llama mi atención es cómo la opinión pública se ablanda con esos procedimientos. No hay democracia, pero se conforman con la apariencia de democracia; no hay pluralidad partidaria, pero se conforman con la sombra con que se representa; no se interrumpe el proceso caciquil, pero se alientan esperanzas de que las cosas van a ser diferentes; que ya tocamos fondo con Duarte y que el que venga ya no puede ser tan malo, al igual que se cantó a los cuatro vientos esas misma canción con Patricio Martínez García y ya se ve que la afirmación no fue cierta. Siempre habrá algo peor a lo de hoy en el futuro, parece ser la regla.

Las elecciones se convierten así en un engaño superlativo porque ninguno de estos representa el futuro de Chihuahua:

– Javier Garfio Pacheco

– Marcelo González Tachiquín

– Lilia Merodio

– Héctor Murguía

– Graciela Ortiz

– Marco Adán Quezada

– Jorge Esteban Sandoval

– Enrique Serrano

– Víctor Valencia de los Santos

– Óscar Villalobos