Continúan los extraños primeros lugares del estado, aunque la realidad no cambie. Ayer se firmó un convenio con la Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Forestal y Pesquero que actúa como banco de segundo piso en el ramo de las actividades primarias que explotan las tierras y las aguas del país. El titular de esa financiera, Juan Carlos Cortés García, no denominó como “punta de lanza” en la república y, a su vez, el demagogo cacique mayor catalogó el convenio como un “parteaguas”, aunque el ruido que se hizo se concreta aparentemente en traer a tierras chihuahuenses 3 mil vaquillas desde las remotas Australia y Nueva Zelanda. Va a salir más caro el flete que el valor de los animales.
Se puede conjeturar que en el fondo estamos ante un negocio más del que se ostenta como primer ganadero de Chihuahua, es decir, César Duarte, que se vio acompañado, ni más ni menos, que de sus cómplices del escándalo Unión Progreso, Carlos Hermosillo Arteaga y Jaime Herrera Corral. Algunos opinan que esas vaquillas, pero sobre todo los recursos financieros, irán a parar a sus negocios en ese ramo. La corrupción sin límites.
Homicidio a transexual: se exige una investigación a fondo y esclarecedora
Un homicidio bajo sospecha es el del joven transexual aún no identificado, que tiene los rasgos de un crimen de odio en una circunstancia en la que este ominoso sentimiento se ha extendido al abrigo de un discurso patrocinado por el arzobispado de Chihuahua. No queremos conjeturar absolutamente nada, en cambio sí exigir que el esclarecimiento pleno de este homicidio cobre la importancia de una investigación prioritaria, tanto para saber los móviles y conocer a los autores. No es usual que un cadáver como el que nos ocupa sea envuelto en la bandera nacional y con actitud depredadora lanzado en un paraje solitario. Un caso de la mayor importancia que los activistas del movimiento lésbico-gay han de mantener en su agenda y permanentemente observado. Se puede convertir en un caso emblemático del acontecer de intolerancia que se abate sobre la sociedad chihuahuense.
César Pacheco y Hortensia Aragón, ni la burla perdonan
Para César Augusto Pacheco, el presidente priísta del Congreso local, la expresión cancelatoria de César Duarte en torno a la “minigubernatura” es “una simple opinión, muy respetable, pero a nosotros nos toca analizar si existen esas condiciones (…) Tengo confianza que al final vamos a lograr una muy buena ley”. Y hasta propone que va a arrastrar el lápiz. A su vez, la fanática duartista Hortensia Aragón aparenta independencia cuando dice “existen hoy las mismas condiciones políticas que existían hace un par de meses: todo está dado para que exista una minigubernatura (…); lo único que puede cambiar es que el gobernador ya fuera a estar (sic) en su puesto”.
Podríamos decir que se necesita ser Pacheco para opinar como César Augusto, un levantadedos cualquiera. Y de Hortensia, que en efecto hay las mismas condiciones, sólo que precisando el concepto, eso significa que en Chihuahua no hay Congreso. En otras palabras, estas declaraciones irrisorias son para no verse tan encuerados ante la sociedad chihuahuense, pero en realidad no alcanzan a cubrir ni la mínima superficie de una hoja de parra como la que se dice utilizaron Adán y Eva cuando fueron arrojados del paraíso.