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La Organización de las Naciones Unidas emitió recientes recomendaciones al Estado mexicano sobre la situación que guardan las personas con discapacidad en nuestro país. Se hace un balance preciso, hay un diagnóstico y las sugerencias emitidas están llamadas a alentar una rectificación radical en un tema sensible y de la mayor trascendencia. Sensible porque no es infrecuente que se caiga en la demagogia y asistencialismo de los gobernantes y los privados que atiendan esa agenda; trascendente porque con el reenfoque que se postula se puede ir al fondo porque la discapacidad humana no es de ninguna manera un tema menor, está en todos los hogares y todos en algún momento de nuestra vida ya la padecemos, sin importar en esto ni condiciones económicas ni culturales, casi todos pasaremos por ahí.

En el documento que paso a comentar ( https://es.scribd.com/doc/241899362/Informe-ONU-Me-xico-discapacidad-pdf ), el Comité sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CRPD, por sus siglas en inglés) generó un documento que deshuesa para hacer una meticulosa anatomía de reformas, leyes y programas para advertirnos el cómo se incumplen, se soslaya o se mal enfoca esto que debiera traducirse en acciones y políticas públicas que de manera inexcusable debieran dejar de ser el juego de los gobernantes, la filantropía barata de grandes corporaciones económicas, la antesala para reforzar, vía el economicismo, la adopción de confesiones religiosas o el modus vivendi de no pocos que lucran con la condición humana de la que me ocupo.

Al observar los tres aspectos, advertimos que, en primer lugar, el Comité hace una evaluación de las reformas y legislaciones por parte del Estado mexicano y entidades federativas que lo integran en las que su intención de promover y proteger los derechos de las personas con discapacidad no se cumplen, se ignoran, conservan disposiciones derogatorias y marginales que, a final de cuentas, dan como resultado disposiciones discriminatorias y excluyentes en los diversos ámbitos de la vida en que se desenvuelven estas, como la salud (incluida la sexual y reproductiva), la justicia, la toma de decisiones, la seguridad, el desplazamiento, el trabajo, la vida social en general. La reforma a la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación es una de las que conforman la lista de las preocupaciones de ese comité de la ONU.

En cuanto a las leyes, el CRPD menciona al menos dos dentro de esas preocupaciones: la Ley Federal para la Inclusión de las Personas con Discapacidad y la Ley Federal de Telecomunicaciones y de Radiodifusión, ante las insuficiencias, carencias, ausencia de protocolos y mecanismos de evaluación y sanción, así como la falta de protección y creación de estereotipos en que incurren, afectando la vida de los discapacitados.

Y entre los programas a los que se refiere el documento, dado a conocer a principios de este mes de octubre, se destacan el relativo a los derechos laborales para los discapacitados, el que toma en cuenta la condición migratoria y el que tiene efectos sancionadores para los entes que no prevengan, atiendan y contribuyan a erradicar la violencia hacia las mujeres, planes sobre los cuales también la ONU muestra preocupación dada la precariedad de las acciones que prometen y no cumplen desde las instituciones.

En su conjunto, estas premisas conducen a recomendaciones puntuales del CRPD a México. Describo sintetizadamente algunas que me parecen destacables:

– Que redoble sus esfuerzos en el ámbito del proceso de armonización legislativa con la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad a fin de que todos los estados federales eliminen terminología derogatoria de los derechos de las personas con discapacidad.

– Que establezca mecanismos regulares para convocar consultas con las organizaciones de personas con discapacidad, asegurando que sus opiniones sean consideradas adecuadamente.

– Que establezca líneas presupuestarias específicas para cumplir sus objetivos en materia de igualdad, así como acciones específicas para combatir casos de discriminación interseccional, basadas en la discapacidad, la edad, el género, la pertenencia a pueblos indígenas y la ruralidad, entre otros factores de exclusión.

– Que establezca una distinción clara entre el carácter privado de las campañas Teletón y las obligaciones que el Estado debe acometer para la rehabilitación de las personas con discapacidad. Asimismo, le recomienda desarrollar programas de toma de conciencia sobre las personas con discapacidad como titulares de derechos.

– Que diseñe e implemente un Plan Nacional de Accesibilidad aplicable al entorno físico, al transporte, a la información y a las comunicaciones, incluidos los sistemas y las tecnologías de la información y las comunicaciones, y a otros servicios e instalaciones abiertos al público o de uso público y velar porque las instituciones privadas (…) sean objeto de sanciones en caso de incumplimiento.

– Que inicie procesos de investigación administrativa y penal a las autoridades judiciales y sanitarias e instituciones que recomiendan, autorizan o aplican esterilizaciones forzadas a niñas, adolescentes y mujeres con discapacidad, como ha ocurrido en la Casa Hogar Esperanza, y a que garantice el acceso a la justicia y reparaciones para las víctimas.

En el fondo del documento de la ONU, en el apartado Toma de conciencia, subyace la crítica del que es objeto Televisa, donde explica: “Al Comité le preocupa que buena parte de los recursos para la rehabilitación de las personas con discapacidad del Estado Parte sean objeto de administración en un ente privado como Teletón. Además, observa que dicha campaña promueve estereotipos de las personas con discapacidad como sujetos de caridad”. Esta preocupación está íntimamente ligada a “la prevalencia del paradigma asistencialista para su atención y cuidado, así como por el escaso alcance de medidas específicas para ellos en zonas rurales y en comunidades indígenas”. En ese sentido, al Comité también le inquieta que los niños y niñas con discapacidad “no participen sistemáticamente en las decisiones que afecten a su vida y que no tengan la posibilidad de expresar su opinión en asuntos que les atañen directamente”.

El mundo de la discapacidad lo hemos advertido de estupenda manera a través de la literatura y el cine, develándose ante nuestros ojos su gran humanidad y sus grandes aportes, cuando no se truncan por visiones cortoplacistas y de naturaleza utilitaria, la cual se ejemplifica con el gobernante que abraza y besa, para fines publicitarios, a quien con una discapacidad se le convierte, además, en una persona de utilería.

Admirables resultan en ese contexto, y aunque veníamos hablando de niños, la vida del periodista y editor francés Jean-Dominique Bauby, quien recrea en su libro autobiográfico La escafandra y la mariposa (Le Scaphandre et le Papillon), las fortalezas y debilidades de un discapacitado en medio de un mundo que no está preparado del todo para comprenderlo, incluso a veces ni por él mismo. Como se sabe, Bauby era editor de la revista de moda Elle cuando sufrió repentinamente, en diciembre de 1995, una especie de embolia cerebral que lo condujo a padecer el llamado síndrome de enclaustramiento, en el que el cerebro está vivo pero el cuerpo no responde a sus estímulos. En su caso, como cuadripléjico y mudo, sólo podía mover su ojo izquierdo. A pesar de las dificultades que tuvo para comunicarse bajo su condición, logró escribir sus memorias mediante un sistema especial por el cual un asistente le dictaba el abecedario y él parpadeaba si era la letra que quería usar. Su libro fue publicado el 6 de marzo de 1997 y se estima que fue escrito con un promedio de 200 mil parpadeos por parte de Bauby, a una velocidad aproximada de dos palabras por minuto. El libro recaudó excelentes críticas y vendió cerca de 25 mil copias en un día, y cerca de 150 mil en una semana, convirtiéndose en best-seller. El 9 de marzo de 1997, tres días después de la publicación, Bauby murió, producto de una neumonía ocasionada por el deterioro paulatino de su salud. En mayo de 2007 se estrenó una adaptación al cine que obtuvo cuatro nominaciones al Premio Oscar.

El abordaje del tema de la discapacidad humana, ajeno a prejuicios y exento de clichés, tiene en el arte cinematográfico actual otro entrañable ejemplo, también de origen francés, en la película Intouchables (traducida en el mundo de habla latinoamericana como Amigos intocables). Aquí, la interacción humana y la alegría se sobreponen a la brecha aparentemente infranqueable del típico rico, europeo y pobre negro, migrante y sirviente.

No olvidemos nunca que así como en un ser con sus capacidades plenas, en otro con discapacidad está el germen de un genio como Stephen Hawking y su penetrante pensamiento. En lo personal, nunca olvidaré las lecciones de un político de izquierda mexicana -Gilberto Rincón Gallardo- que brilló con luz propia, sin caer en la búsqueda de la compasión. Por el contrario, su acción y su pensamiento brillaron para desbancar el nefasto pensamiento con el que se aborda el tema de la discapacidad, como cuando se hace a través de una filantropía chata, que Federico Nietzsche catalogó como “el agradecimiento, sin saberlo, por una digestión feliz”.

Recuerdo ahora viejas palabras: cuando iniciaba la reconstrucción italiana en los primeros años de la posguerra de 1945, a la hora de liquidar el fascismo, don Norberto Bobbio incursionó en la política práctica y nos habló del gran tema de la justicia. Entonces nos dijo: “Sigo prefiriendo la severa justicia a la generosa solidaridad. La generosa solidaridad siempre ha existido, incluso cuando los mendigos abarrotaron los peldaños de las iglesias”. Por eso propuso arribar al tiempo de los derechos, dejar atrás las dádivas asistencialistas, vengan de donde vengan, y mucho menos, afirmo, cuando se trata de la discapacidad humana. Pensando en esto, no tengo menos que aplaudir el reciente documento de la ONU.