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Que Maru se haga un lado y se le investigue

Si, como se dice en el argot, el largo brazo de la justicia alcanza a María Eugenia Campos Galván, lo ordinario en una democracia genuina es que la gobernadora de Chihuahua se haga a un lado para garantizar algo de imparcialidad, se erija un gobierno de transición, se investigue ahora sí en serio su complicidad con César Duarte (como no se hizo antes en el periodo corralista) y se proceda conforme a la ley.

Sé que, de entrada, es un asunto complejo y no exento de recriminaciones candorosas, pero si queremos que estos procesos cumplan con los cánones democráticos desde ahora, me parece que eso, insisto, en una democracia bien habida, es lo que tendría que ocurrir, porque la acusación que planteó la Fiscalía General de la República, aunque sea “subjetivamente”, el pasado fin de semana en el sentido de que el exgobernador “sobornó con 10 millones de pesos” a Maru Campos es un asunto de suma gravedad y de resonancia nacional.

Es un tema ya conocido entre los chihuahuenses, como lo es la llamada “nómina secreta” que dio mucho más que para un capítulo en la serie de intrigas que se debate en torno a la clase política local. Ese asunto, en realidad, pudo tener otro destino si la mañosa perversidad de un político a sueldo como Javier Corral hubiese actuado con rectitud.

Me consta que en enero de 2016, cuando el entonces panista aspiraba a la gubernatura apoyándose utilitariamente en el andamio que le significó Unión Ciudadana, Corral tenía en sus manos los documentos que dieron pie al escándalo de los sobornos duartistas entre un sector del panismo estatal. Maru como diputada local cobraba en las arcas duartistas los servicios prestados en el Congreso, entre 2013 y 2016, votando las iniciativas presupuestales y fiscalizadoras del exgobernador del PRI.

El actual fiscal del estado, César Jáuregui, también está involucrado en los sobornos, pero él declaró en la edición del viernes 12 de diciembre de El Heraldo de Chihuahua que este es un “asunto que quedó totalmente resulto, jurídica y políticamente”, palabras que revelan una intención cuyo encubrimiento destapó dos días después la FGR y que el periódico Reforma detonó en prácticamente todos los medios del país.

Pero Corral, pruebas en manos, no actuó entonces y Maru ganó la alcaldía de Chihuahua, que asumió en octubre de 2016; tampoco movió un dedo cuando esta refrendó su cargo en la reelección de 2018. Se esperó hasta 2021, cuando ya transitaba el último año de su quinquenio. Fue entonces que quiso utilizar las evidencias de la “nómina secreta” para derribar las aspiraciones de Campos y colocar a Gustavo Madero en la candidatura del PAN al gobierno del estado. Pero no lo logró. Maru Campos fue candidata y ganó las elecciones.

No sólo eso, la fiscalía corralista Especializada en Combate a la Corrupción, a cargo de Gema Chávez, anunció a inicios de septiembre de 2021, a unos días de la toma de posesión de Campos Galván, haber hecho del conocimiento del juez de control que dejara sin efectos la solicitud de audiencia inicial para la formulación de imputación en contra de la gobernadora electa (causa penal 3022/2020), después de que tres exfuncionarios suyos en tiempos de su alcaldía, acogidos al principio de oportunidad, se retractaran de sus dichos. Chávez anunció además que luego de que se consiguieron nuevas testimoniales, no se logró obtener elemento probatorio para iniciar un proceso penal en su contra en los delitos de uso ilegal de atribuciones y facultades y cohecho. En concreto, esa fiscalía la acusaba de haber cobrado sobornos a empresarios cuando era alcaldesa de la capital.

No obstante, hay otro asunto contra Campos Galván que fue judicializado en la causa penal 2821/2020, en la que la Fiscalía General del Estado de Chihuahua, ajena a la Fiscalía Anticorrupción, logró que Maru Campos fuera vinculada a proceso el primero de abril de 2021 por el delito de cohecho, por presuntamente haber recibido sobornos por más de 9 millones de pesos del exgobernador César Duarte, en el periodo en que la panista era vicecoordinadora de su bancada en el Congreso local.

El Poder Judicial del Estado convocó a una audiencia donde la gobernadora electa apelaría esa vinculación a proceso. Pero justo un día antes de la fecha de su toma de protesta como gobernadora constitucional, el Poder Judicial decidió exonerarla de ese cargo, aduciendo que el Ministerio Público no acreditó que los presuntos sobornos hubieran comprometido las votaciones legislativas de la exdiputada panista para favorecer a Duarte.

Se sabe que fue una audiencia de apelación que duró alrededor de una hora en la que el magistrado Juan Carlos Carrasco Borunda ordenó revocar la vinculación a proceso, que también involucraba al colega priista de Campos en la 64 legislatura, Rodrigo De la Rosa. Ninguno acudió a la audencia, pero el magistrado sostuvo que, “al margen de que los exdiputados hubieran recibido los supuestos pagos, difícilmente sus votaciones individuales hubieran podido determinar el curso de aprobación de leyes y dictámenes de fiscalización, pues el Congreso toma decisiones colegiadas”. Sentenció además que Campos Galván “ni siquiera era la coordinadora de su bancada, amén de que no existen testigos que hayan visto o presenciado el supuesto pago de sobornos”.

De acuerdo a la información de Reforma, durante la audiencia de imputación contra el exgobernador el pasado fin de semana, Manuel Granados Quiroz, fiscal de Asuntos Relevantes de la FGR, argumentó que “existía un riesgo de que Duarte pudiera darse a la fuga porque contaba con una red de cómplices en Chihuahua” y entre ellos incluyó a la gobernadora de Chihuahua y que “gracias a esa relación de complicidad, la justicia estatal le concedió la libertad provisional en junio de 2024”.

Según ese medio de información, este fue uno de los argumentos que planteó el fiscal para solicitar la prisión preventiva justificada de Duarte, medida cautelar que al final la jueza federal María Jazmín Ambriz López le impuso, “aunque sin tomar en cuenta ese señalamiento que calificó de subjetivo”.

Granados Quiroz había explicado durante esa audiencia que “un claro ejemplo de esta red a favor del justiciable es su afinidad y cercanía con la actual gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván”, en el esquema de cohecho denominado “nómina secreta”, en la que “ella resultó vinculada a proceso en la causa penal 2821/2020, ya que el hoy justiciable la sobornó con 10 millones de pesos”.

Por supuesto, Reforma recordó en su edición del domingo 14 que en mayo de 2017 dio a conocer que la Fiscalía de Chihuahua investigaba una «nómina secreta» con la que Duarte presuntamente desvió 360 millones de pesos en favor de líderes políticos y sociales; incluso trascendió que también ese reparto ocurrió entre periodistas y miembros del alto clero católico, algunos de los cuales “devolvieron” millones por argumentar que se trataba de “préstamos”.

Maru Campos pasó de ser acusada de corrupción a gobernadora de Chihuahua. Pero hoy la FGR ha revivido el caso, al menos en los dichos de un representante formal del Ministerio Público federal en plena audiencia judicial, un recordatorio que tiene la mano y el estilo de Corral.

Hoy, todo lo que no pudo –ni quiso- hacer Corral en su momento, ahora lo impulsa desde su renovada posición de poder como senador morenista, pero más como “asesor anticorrupción” de la Presidencia de la república, un tema en el que, en realidad, es juez y parte. Porque él también las debe en materia de corrupción. Una actitud mezquina, por decir lo menos, como salir a decir, a unos minutos del arresto de Duarte, que esta acción tenía la impronta de su fracasado gobierno. O sacarse la espina, a nivel personal, como se dice acá en el norte.

Otro retrato de este momento es que la dosis electorera supera el ánimo justiciero de la Cuatroté (y de Corral mismo) entre los seguidores de Duarte, que los hay; pero es muy probable que la iniciativa tomada por la nueva fiscal federal, Ernestina Godoy, satisfaga temporalmente, al menos hasta 2027, esa “sed de justicia” de la que tanto se ha hecho uso retóricamente en los discursos políticos de los últimos años.


Con este artículo aprovecho la oportunidad para comunicarle a lo lectores que regresó a este espacio en enero de 2026. ¡Felices fiestas!