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Bonilla se ‘destapa’ mientras el PAN se derrumba

Los informes municipales en Chihuahua, al igual que en todo el país, se han convertido en farsa y simulación. En lugar de rendir cuentas y hablar del estado real que guarda la administración en relación a los problemas sociales, se convierten en verdaderas fiestas de la clase política. Si esto es ya lo ordinario y además parte de la destrucción de las instituciones, en tiempo electoral se agudiza el fenómeno.

En la capital del estado, donde el municipio convive con los poderes estatales, la ceremonia del informe cobra características más relevantes en el tema que se apunta. En lugar de informe lo que se tiene es propaganda, pasarela y besamanos. Es absurdo ver que lo que importa son los políticos, los invitados, los bienvestidos; y los regidores que integran el ayuntamiento y que son legalmente los receptores de ese informe, pasan a segundo término, y de ellos nadie se ocupa, ni cumplen con su cometido de deliberar, si es el caso, algún punto de interés de los que se expuso en la ceremonia.

El informe del alcalde Marco Bonilla (cuarto para él, primero de su segundo mandato) contó con la presencia de la gobernadora del estado, y prácticamente se convirtió en un “destape” de candidato del PAN a la gubernatura. Bonilla lo dijo: “Voy por Chihuahua”. ¿Qué caso tiene preguntarse si hubo informe si ese fue el contenido del acto?

Al día siguiente el periódico El Diario de Chihuahua vendió 90 desplegados laudatorios, todos ellos de las “fuerzas vivas”, para alabar a Bonilla. El Heraldo, a su vez, de la señora Paquita Vázquez Raña, vendió 107 anuncios con las mismas características. Dicho sea de paso, esa es la prensa de papel que tenemos, cuyos pocos ejemplares se les ve apilados en los estantes, demostrando que su impacto realmente es ficticio. Pero de lo que se trata es de subsidiar a los vendedores de mentiras.

Luego, lo que vimos fue un espectáculo de la “galopada” que impulsa la gobernadora del estado.

Siendo esas las notas que caracterizaron el “informe” de Bonilla, lo correcto es que se haga una valoración política del evento y no entrar a las cifras y las estadísticas que reportan con sentido propagandístico los mecanismos de comunicación del alcalde-candidato.

Un aspecto relevante es que en el referido evento se mostró la alianza que viene, y PRI y PAN aparecen de la mano; por un lado la gobernadora y Bonilla, y de otro los exgobernadores priistas que, a final de cuentas, ya no aportan votos, pero si cabildeo en los estratos altos de la sociedad, en un despliegue de gestiones de las que acostumbran las mafias. Pareciera un déjà vu, sólo que los personajes han intercambiado sus ropajes.

Deplorable, por decir lo menos, resultó ver en el evento a Jesús Zambrano, que ya no se representa ni solo; y la presencia nada atractiva de la señora Xóchitl Gálvez, que si alguien pensó que suma algún voto, está más que equivocado.

Ya cuando el sexenio de Maru Campos está por terminar, las alabanzas hacia su persona crecen y son utilitarias porque se dan en respuesta deferente al virtual destape de Bonilla, y para hacerlo supuestamente consistente, está la declaración del líder nacional del PAN, Jorge Romero, que tuvo la ocurrencia de decir que Campos Galván es “carta” para la elección presidencial de 2030. Una pregunta salta a la vista: ¿Ha llegado a tal grado la crisis del viejo partido azul?

Cuando los simbolismos cuentan.

Bonilla cree, en una frase que leí por ahí, que ya sacó todas las ciruelas del pudín y no se da cuenta que los tiempos del PAN son bastante malos y que en lugar de liberar fuerzas –que lo harán– deben impedir que los aplasten los escombros, como lo catalogó Solzhenitsyn, de un derrumbe partidario a la vista de todos.

Dice una regla política que si continúas haciendo lo mismo, en este caso destapes en ceremonias oficiales, malas compañías, personajes impresentables, padrinos oligárquicos, los resultados no serán los que se ambicionan y que en medio del oropel lo que está a la vista es que vienen malos tiempos para el PAN.

No han aprendido la lección.