La movilidad urbana de la ciudad de Chihuahua está en manos inexpertas y jefaturada por personas que pueden ser excelentes militantes del PAN pero que no sirven para organizar el tráfico urbano, sea humano o motorizado. Más cuando se trata de este último, dada la cantidad de vehículos automotores que ya no se sostiene de ninguna manera, entre otras, la que tiene que ver con la defensa del medio ambiente.
Donde antes había eficaces y seguros semáforos, ahora hay glorietas, algunas que son grotesca caricatura. Pero al parecer no hay quién dicte normas de gobierno y administración que remedie el problema.
Son muy buenos los administradores panistas para poner multas por conducir en estado de ebriedad con la finalidad implícita de recaudar ingresos y prohijar el clásico sistema de la mordida, práctica que ha cobrado una vigencia inusitada acá en esta ciudad.
Ahora ponen mucha atención, así lo dicen aunque no sea cierto, en establecer controles de velocidad y ponen el acento, más que todo publicitario, en los pasos escolares porque justo estamos en la etapa de reinicio de cursos.
Lo que deben hacer es reparar y reinstalar semáforos, especialmente en cruceros peligrosos por donde pasan los trenes.
Pero eso solo será posible cuando pongan ingenieros en movilidad urbana y no solo personas con viejas credenciales de militancia en el PAN.