Sin pena ni gloria, vino y pasó el debate entre los candidatos por la alcaldía municipal de Chihuahua, bastión del Partido Acción Nacional y asiento de una de las más importantes subgerencias de Cementos de Chihuahua en el propio estado que lleva este nombre.
Como era previsible, todos se le fueron a la yugular al actual alcalde con licencia, Marco Bonilla, quien es el rival a vencer, aunque del otro lado, la casi totalidad de los candidatos no tiene con que rivalizar.
Fue natural, también, que Miguel La Torre haya tenido un desempeño más informado, pues él mismo ha sido parte de la élite del poder panista que ha administrado el municipio.
Claro es que La Torre ahora se viste de guinda, es de los que purifica sus pecados, sahumando a López Obrador, un traidor más, principalmente a sí mismo.
El municipio de Chihuahua requiere dar un giro de 180 grados para deja de ser el botín inmobiliario de unos cuantos potentados, un nuevo urbanismo se hace indispensable, la seguridad pública ni se diga, sin embargo, no se escuchó ninguna propuesta de fondo, y quienes hicieron un papelón mayúsculo son los periódicos físicos, que ahora envolvieron los pocos ejemplares que aún circulan en la misma mugre de siempre.
Tanto El Heraldo como El Diario de Chihuahua, vendieron a precio de oro la portada y la contraportada de la edición de hoy para decir ¡Ganamos el debate!
¿Quiénes, Bonilla o los periódicos? Y como sabemos que es artificio, pues claro que los periódicos son los ganones, pues ellos son los que con cargo al municipio recibieron fajos de billetes, para maquillar una realidad que requiere cambios urgentes.
Es la prensa que fagocita y destruye al municipio.