No padezco, en estas elecciones, crisis existencial alguna, sea cual sea el significado de este terminajo. Me explico: no obstante que me he dedicado desde hace mucho a actividades políticas, desconozco los nombres de los candidatos, por mi distrito local, al Congreso del Estado; de igual manera desconozco quiénes son los candidatos a regidores y síndicos del municipio en que vivo. Estoy en la circunstancia de miles y miles de hombres y mujeres en edad ciudadana. Pero mi historia no queda ahí. 

Sí sé quiénes son los principales candidatos a presidir el municipio de Chihuahua al frente de sus aspiraciones a la alcaldía: por un lado Marco Bonilla; por el otro,  Miguel La Torre. No votaría por ninguno y hay una razón adicional: ambos son del PAN, con el agravante de que este último traidor confeso a su propia vida política. Al que vote y espero sean muchos los que concurran a las urnas, tendrán en esto únicamente candidatos del PAN, aunque Morena grite por todos lados que no son iguales.

Más tétrica es la situación en el distrito que vivo por lo que se refiere a la elección de diputados federales. Votar por Marco Quezada sería tanto como hacerlo por el PRI, aunque hoy se vista de guinda, hacerlo por Alejandro Domínguez sería hacerlo por el PRI. El primero ha sido purificado con incienso lopezobradorista y el segundo con incienso de sacristía del que le regaló Maru Campos. En otras palabras el que vote por uno o por el otro, no será mi caso, votará por el PRI por obra y gracia de la alquimia que hace morenistas a los priistas y panistas a los priistas.

En el caso de Alejandro Domínguez, apadrinado por Duarte hace tiempo, se le dificulta hablar porque se mordió la lengua a tal grado de que los reclamos que le fincó a Maru Campos se le han borrado por una especie de alzheimer político, en realidad es posible que tenga muy buena memoria y que solo alcanzó un nivel de cinismo altamente patológico, dinero aparte que seguramente recibió. 

Por eso la elección cercana a mi vida cívica no da para crisis existenciales y me complazco de que así sea.