Un puñado de expresidentes latinoamericanos han brindado su apoyo al candidato ultraderechista Javier Milei. Desde luego tienen absoluto derecho a expresarse y a cerrar filas con quien les venga en gana. Entre ellos se encuentran Mauricio Macri, de Argentina; Iván Duque y Andrés Pastrana, de Colombia; Sebastián Piñera, de Chile, y Jorge Quiroga, de Bolivia, además dos mexicanos, Vicente Fox y Felipe Calderón.

Los denominadores comunes de estos políticos son estar a la derecha, ser neoliberales y haber dejado grandes deudas en sus respectivos países. No tienen autoridad moral para respaldar a nadie y es vergonzoso, por decir lo menos, que avalen al candidato argentino, a sabiendas de que con él, de llegar a ganar, Argentina quedaría en el mismo desastre en que se encuentra.

Los une, además, su beligerancia contra el populismo que se ha expresado de diversas maneras en el mundo y en América.

Tienen enfrente a otras figuras de la misma condición, pero estos apoyando a Sergio Massa, el exsecretario de Hacienda de Argentina, culpable del desastre de los últimos años, también aspirante a la Presidencia, con el apoyo del llamado kirschnerismo, una variante del viejo populismo peronista. Aquí encontramos a José Luis Rodríguez Zapatero, de España, y a la expresidenta chilena, Michelle Bachelet.

Suman los massistas dos premios Nobel en las personas de Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, este último también argentino.

No podría faltar otro Nobel, Mario Vargas Llosa, al que como literato se le podrían dispensar algunos deslices, que está en el bando de la derecha ultraconservadora de Javier Milei.

Quizás lo conveniente sería que estos personajes se abstuvieran de estos mensajes y en su lugar construyeran una propuesta para rescatar a Argentina y a otros países que se encuentran en lamentables circunstancias.

Me queda claro que la primera coalición, en la que figuran los dos expresidentes mexicanos, va perfilándose hacia una internacional de la derecha, ya sin tapujos.