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Reflexiones sobre la muerte en François Villon

François Villon es un poeta poco frecuentado entre nosotros. Pertenece al París de la Francia del siglo XV. Su biografía es más que polémica, unos lo hacen un marginal, a contrapelo de los que lo ubican con lustre y notoriedad. Jean Favier le hizo una biografía monumental que el Fondo de Cultura Económica publicó en 1989 en México, traducida de la original por Jorge Ferreiro, y que a mí me convence de su importancia para las letras, reconociendo de antemano que soy poco entendido en esto.

Hoy lo traigo a mi presencia por unos poemas que escribió sobre la muerte que me han llamado la atención y que transcribo al final de este texto. En particular el que antepuso a sus reflexiones de cementerio relacionado a la “Danza de la muerte”, y que sirve a Favier para afirmar que “todas las calaveras son iguales en el osario (porque) forman parte del montón”.

Cuando miro estas calaveras
amontonadas en los osarios:
todos fueron magistrados,
en Cámara de Finanzas lo menos,
o todos portacanastas lo fueron.

Tanto puedo de uno y otro decir,
pues ni a obispos ni a faroleros
tengo peros qué poner.

Y aquellas que se inclinaban
unas contra otras en la vida,
de las que unas reinaban,
por las otras temidas y servidas,
ahí las veo a todas sometidas,
juntas en montón desordenado:
sus señoríos les fueron quitados;
ya nadie es clérigo ni maestro.

Muertos están. ¡Dios los tenga en su gloria!
Pero sus cuerpos se han podrido,
hayan sido señoras o señores,
alimentado suave y tiernamente
con crema, papilla o arroz;
se han hecho polvo sus huesos,
a los que no importan risas ni retozos.
¡Que los perdone el dulce Jesús!

A pesar del sentido del anterior poema, el autor de la biografía nos dice que Villon “apeló contra la muerte; a decir verdad, la acusa”. Y así es, veamos:

Muerte, apelo contra tu rigor,
pues a mi amante me arrebataste
pero no estás satisfecha
si no me haces languidecer.
Nunca más tuve fuerza ni vigor:
¿qué daño te hacía ella en vida?
Muerte…

Fuimos dos con un solo corazón.
Si está muerto, fuerza es que muera
también, o que viva sin vida.
como las imágenes, en la memoria.
Muerte…

Por lo que has leído, comparto con Favier: “el hombre (añado a la mujer) está solo ante la guadaña”.

En este Día de Muertos, disfruta este artículo y las imágenes que lo acompañan. Y de paso, entendamos que las reflexiones sobre la muerte tienen una gran hondura en la dimensión cultural de la humanidad.