Parece ocioso recordarlo: tanto Javier Corral como Maru Campos son miembros del mismo partido, tienen el mismo origen, idénticas creencias religiosas y, por el linaje, los mismos estilos de hacer política. Obvio que sus talantes son diferentes y que a no pocos les parezca suficiente para ubicar a uno en un sitio y a otro en lugar distinto.
Pero no hay razón para engañarnos. Cuando el uno viste su terquedad y vanidades de rencores mayores, la otra se victimiza y actúa teatralmente ser objeto de una persecución de su compañero de partido. Podrán no ser vidas paralelas, si nos atenemos a Plutarco, pero de que son complementarias no me queda la más mínima duda, al menos en un aspecto medular que denomino “picaresca chihuahuense”.
De que la entrega-recepción es algo que está en los delicados ámbitos del derecho constitucional y el interés público, tampoco le queda duda hasta al más ordinario de los ciudadanos. Por una parte fenece un quinquenio y la obligada caducidad que una elección le impone a Javier Corral, y por otra un resultado electoral que le permitirá a Maria Eugenia Campos inaugurar una administración.
Hay un plazo fatal que llegará ineluctable, pero aquel resiste y esta le saca jugo a esa infantil actitud, para terminar de exprimir las premisas que le permitieron levantarse con el triunfo electoral, cosechando la impopularidad del gobernante que trata de realizar, en sus últimos dos meses, lo que sustancialmente no hizo a lo largo del periodo completo.
Corral se encuentra actualmente en la frontera para pasar a otra etapa política, probablemente al amparo de otro partido. Creo que MORENA es impensable, pero no la descarto porque tiene, al final del día, el mismo talante narcisista del presidente de la república y sabe que en ese partido encontraría tierra fértil para su hybris actual, esa desmesura en la que incurren los más que se elevan a un puesto público, sin importar la altura del mismo, y no se diga una gubernatura de la actual centralista federación mexicana.
Lo más probable es que vaya a confluir a Movimiento Ciudadano para continuar en la danza política mexicana. Quién lo sabe. Pero un hecho es inobjetable: el tiempo corre, el quinquenio concluye y tendrá que entregar el mando; no creo que pretenda continuar usurpándolo, pero sí minando el terreno para que quien le siga batalle para acomodarse. Él sabe que la curva de aprendizaje es larga y que, imponiéndosela a su sucesora, le ocasionará problemas. Pero es de esas circunstancias en las que quien le apuesta a esa sed de venganza, en el pecado lleva la penitencia. Y lo sabe, pero poco le importa.
A su vez, la victimizada sucesora, que al igual que Corral acudió presurosa al Palacio Nacional para recibir la hipócrita bendición, sabe bien los retos que va a encarar a partir de la primera semana de septiembre. Por eso aparenta recibir heridas mayores a la simple tardanza en la entrega que le ha de hacer Corral; esto, para echarle la culpa, en el futuro inmediato, a los que ya se van, de los tropiezos y grandes dificultades que se interpondrán a lo largo del futuro periodo, pero, sobre cualquier cosa, rumbo al 2024 en que se elegirá presidente de la república y congreso general.
Si los que están abordando la nave chihuahuense, en calidad de pilotos, piensan que les va a ir muy bien con un nuevo trato con la Presidencia de la república, están más equivocados que los terraplanistas. Allá en la Ciudad de México se sabe de la orientación de ultraderecha, oligárquica y adversarial del panismo en el que se ha atrincherado la futura gobernadora, como para pensar que todo va a fluir en medio de la concordia. Lo contrario, es cierto.
Pero hay un hecho que es tan obvio como la existencia de la Cascada de Basaseachi: el problema de la deuda pública de Chihuahua con los bancos, la ausencia de una negociación posible con los usureros, que de alguna manera son los mismos que le allanaron el camino a Campos Galván; por tanto, al no ser damas de la caridad, primero estarán sus intereses y, al final, también. Esto significa una pesada e insuperable carga a las finanzas, ante la ausencia de una reforma fiscal que entrañe una decisión nacional por hoy postergada y, desde luego, una gran voluntad política para instaurar un federalismo solidario que está a leguas de distancia del gobierno y la agenda política de López Obrador.
Así las cosas, los tiempos serán difíciles y poco propicios para brillar por la atención a las grandes necesidades que se padecen en Chihuahua. De ahí la picaresca, de ahí la utilización de una accidentada transición gubernamental para echarle las culpas a Javier Corral, del que ahora se puede creer absolutamente todo. La canción será: así nos dejó Corral y él es el responsable.
Es la misma historia de la picaresca que está en la narrativa de Las Aventuras de Gil Blas de Santillana, de Alain René Lesage, por la cual Maru podrá decir, parafraseando al autor:
“…Ya he hecho correr (…) la voz de que encontré las cosas en grande confusión y en muy mal estado, y ahora es menester hacer ver, así (…) a todos, el triste atraso en que estaba el gobierno de corralitos cuando tomé las riendas (…). Después pondré con gran énfasis las acertadas medidas que he tomado para hacer glorioso (…), floreciente el Estado”.
Y bla, bla, bla… Son panistas, qué quieren.
Nunca hubo alternativa en Chihuahua y la decisión por cualquier otra opción hubiera significado tiranía y vasallaje, de esa que no implican las conjeturas y artificios chantajistas de la izquierda medrosa, inventando opresiones donde de cierto no las hay o exagerando cuestiones sociales para formar Asociaciones Civiles de fachada para garantizar la supervivencia política desde el subsidio. La decisión mayoritaria de los chihuahuenses, fue por preservar el ámbito de las libertades individuales que algunos envidiosos y autoritarios de izquierda señalaran como “individualistas”, “egoístas”, la apuesta mayoritaria también de los chihuahuenses fue no dar un salto al vacío por tiranías narcisistas como la de Parral o por el viejo régimen generador de todos los problemas que hoy niegan con descaro. Siendo serios, esta terrible situación financiera no se resuelve con la meta negativa de pago, que parece atractiva, pero que tiene funestas consecuencias en el corto, mediano y largo plazo, a menos que se busque una purga de la sociedad misma como consecuencia, lo que de suyo es un despropósito mayúsculo, la vida de las personas y su libertad está por encima de cualquier otro valor. Esta enorme deuda se resuelve con productividad y por ello, más que el mero tema de las finanzas públicas, queremos ver acciones para impulsar nuestra economía chihuahuense, con el apoyo del Presidente, sin el apoyo del Presidente y aún con el Presidente en contra. Tiene una nueva oportunidad López Obrador en Chihuahua, demostrar que en verdad quiere nuestro progreso material pues del progreso cultural cada quien es libre de forjar sus propios derroteros y de la próxima Gobernadora, pues esa es su tarea, no elegimos floreros o adornos como los que padecimos en el corralato, ahora bien, Corral no es el propiciador de todos los males pero su veleidad y charlatanería, ha tenido, tiene y seguirá teniendo costos sociales inmensos, por ello, sus pares, los chihuahuenses, ya lo juzgaron en su justa dimensión. Tampoco que se la crean los Duartistas voraces que van a poder sentar de nuevo sus reales, no olvidamos que a ellos y a Reyes debemos la debacle financiera del Estado. Se requiere en Chihuahua productividad e intercambio comercial con el exterior, nuestra frontera es nuestra principal herramienta para que con lo poco o lo mucho, salgamos adelante independientemente de si la federación actúa o no. Por todo ello, acabó la “picaresca”, ha muerto el rito importado por Poinsett en la política mexicana desde hace aproximadamente 200 años. Los gobernantes se juzgan por los buenos resultados materiales a favor de la población y por respetar a la sociedad y sus integrantes su propio desarrollo cultural y si usted permite, espiritual, pues es algo más lo que mueve al ser humano y no me circunscribo nada más a la confesión religiosa que Usted y otros tantos reprochan, no, cada quien en su creencia se levanta cada mañana con un nuevo hálito de vida y eso no lo explica en consecuencias últimas el materialismo. Grandes retos tiene Chihuahua, lo más importante es que ya pasen estos eternos 59 días y ahora sí, a la productividad todos los chihuahuenses con lo mucho o poco que tengamos al alcance para progresar materialmente como sociedad e individuos y para hacer nuestros aportes a la nación a la que pertenecemos, aunque casi desde siempre de la Federación fuere del signo que fuere, nunca hayamos recibido suficiente reciprocidad. No nos perdamos en la anécdota, como tantos sexenios y este quinquenio perdido, concentrémonos en el día a día e impulsemos en la agenda los temas verdaderamente comunes y relevantes. Ahora sí que como dijo un viejo tirano de la era reciente: “Chihuahua, exige resultados”. #Economía #EsLaEconomía