Un espectro antimaderista se vive en el Congreso del Estado: le llaman el reeleccionismo. Resulta que buena parte de la legislatura actual busca nuevas posiciones de poder –perdón, de no abandonar la nómina–, buscan reelegirse en su distrito o ya tienen asegurada alguna candidatura. 

A decir del periódico oficial del estado, conocido como El Heraldo, los panistas Jesús Valenciano, Georgina Bujanda, Rocío Sarmiento y Luis Aguilar, Marisela Terrazas, ya se apuntaron el primero para la alcaldía de Delicias, y los restantes para buscar un curul en su distritos. 

Por el lado de MORENA hacen lo propio en sus distritos Benjamín Carrera, Gustavo De la Rosa, Miguel Ángel Colunga y, Humberto Chávez, ya se apuntó para la alcaldía de Saucillo; Marisela Sáenz, del PES, va por alcaldía de Juárez, mientras que Rocío González buscará ser diputada federal por el Distrito 8 bajo las siglas del PAN. 

Quiere esto decir que de 33 diputados del Congreso local, una tercera parte se agarra con veinte uñas para continuar en la escena pública con viejos o nuevos cargos. 

La pregunta obligada es: ¿qué cuentas rindieron? Porque nada memorable de ellos se recuerda por su consistencia, por su aportación al desarrollo y progreso del estado. 

Cuando se defendió el reeleccionismo se adujo como argumento que quienes buscaran continuar iban a recibir el respaldo o el veto de sus ciudadanos en el propio lugar, donde los conocen. Si eso fuese cierto, lo dudo, ninguno de estos continuistas y reeleccionistas alcanzaría a permanecer; y ahí está la historia, en parte en el Diario de los debates, en parte en sus conductas frente a los graves problemas que ha tenido Chihuahua a lo largo de los últimos años. 

No cabe duda, la nómina es caraja.