Dos lecciones: una contra la grandilocuencia; la otra, el carácter para beneficiarse en un proceso democrático. Ambas van dirigidas a Alfredo Lozoya Santillán, pretendiente del tesoro enterrado en el Palacio de Gobierno del Estado de Chihuahua. Según él, en un costoso desplegado a plana completa y a full color, dice que “viene la madre de todas las batallas por Chihuahua”. Ni Napoleón, antes de Moscú o Waterloo, tuvo tan retóricas palabras para arengar a sus ejércitos. Hay que convenir que vienen unas elecciones importantes, sin duda, pero el lenguaje militar está demás, como también sobra levantarse como profeta de lo que vendrá.
Chihuahua no necesita la grandilocuencia de un señor que se presume de equino, ni que le llamen al estado “mi Chihuahua”, que jure por su familia y por sus hijos, o que tenemos una grandeza heroica por el simple hecho de ser norte en la geografía, lo cual es algo relativo. Es más sencillo referir los grandes problemas y ofrecer alternativas y trabar compromisos, mostrar y comprobar que se ha tenido una vida con significación y emprender la tarea que dar lecciones de filosofía de la historia demasiado baratas, porque las hay mejores y a buen precio.
Pasando a lo segundo que se anuncia a la entrada de este texto, hay que reconocer que la democracia es generosa con los moderados, en lugar de andar propalando por aquí y por allá que “la sangre me hierve ante el saqueo que ha sufrido la mala gobernanza, el pillaje sistemático”.
Asusta más cuando algunos observan que con estas frases la única sangre que puede no hervir, sino correr, es la de la propia lengua.
Protección de Javier Corral Jurado para negocios al amparo del poder más pingües que los de César Horacio Duarte Jáquez como Gobernador en aquella “ínsula de poder” y en menor tiempo. Tierra de la que Duarte y otro, se presumen oriundos y en ello también, faltaron a la verdad. Tan faltan a la verdad como decirse Javier Corral Jurado mexicano y también con relación afectiva por aquella “ínsula”, de hecho, fue más pródigo el de Balleza que él, pero se entiende, ni a la tierra de sus mayores, ni a Chihuahua, ni a México, ni a su país de origen quiere, es un apátrida.
ES LA DESGRACIA DEL ESTADO DE CHIHUAHUA…SIN TIMON, SOLO SAQUEO DE RECURSOS…HUMANAMENTE EN ESTOS CASI 5 AÑOS DE JCJ…HA SIDO LA PEOR PESADILLA PARA LOS CHIHUAHUENSES, Y AHORA CON ESTOS FIGURINES EXTRAÑOS….QUE TENEMOS QUE HACER,??…HACERLES FRENTE, PORQUE ESTA CONSABIDO, QUE ESTOS, BURROS Y CABALLOS Y OTROS EQUINOS…¡VAN SIEMPRE POR INTERESES!..QUE EN NADA BENEFICIAN AL PUEBLO DE CHIHUAHUA…