La publicidad oficial, la que se prometió –sin cumplirse– sin la imagen propia del gobernante para no incurrir ya más en el «culto a la personalidad», dice hoy que todo marcha sobre ruedas. A eso se añadirá el discurso, también oficial del Segundo Informe, en el que se diga que se tienen deficiencias y que falta mucho por hacer… con ayuda de la sociedad. Falacias para maquillar cifras, encubrir intenciones, manipular voluntades.

Pero la ciudadanía chihuahuense está a la altura de reconocer esos falsos dilemas. Por eso, tan sólo para graficar lo que de todo mundo ya es conocido, reproducimos literalmente las promesas del «nuevo amanecer» y su tope con la realidad, a tan sólo dos años y unos meses de distancia, en medio de una abrumadora decepción generalizada y una indignación por quienes esperaban un cambio radical respecto del sexenio inmediato anterior.

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