Escenas del domingo 22 de octubre: Jaime Ramón Herrera Corral, cómplice principal de César Duarte, desayuna plácidamente un buen plato de menudo en un restaurante de la Calle 31; en un asunto de sumo interés público, un juez omite leer la sentencia que libera a Javier Garfio, a petición de la parte ofendida; en el sigilo y en domingo, Garfio deja la prisión y se desplaza tranquilo a su casa, con la libertad en sus alforjas; el Consejo de la Judicatura –sello de por medio– asume funciones que no le corresponden y emite un raro boletín que divulgan los medios tal cual.
Aparentemente inconexos, los hechos hablan de tinglado, a reiteración de una práctica favorable a la opacidad. Se ve difícil la lucha contra la corrupción; la estrategia contra el duartismo hace agua en la conciencia social: pocos aceptan como justicia lo que está sucediendo en Chihuahua, entre otras razones porque a la prensa misma se le cierra la puerta a una audiencia pública y de manera paradójica, si tomamos en cuenta que el reo se declaró culpable. En lugar de información, nebulosa; y se puede decir que no obstante encontrarnos en ascuas, el rechazo a lo que pasa es generalizado.
Vamos a esperar cuadrar los datos de la coyuntura y ahondar en la explicación de la misma. Pero una cosa está clara: los chihuahuenses, en grueso número, no esperaban que el desenlace se empezara a desbarrancar de esta manera. Y cuando digo en grueso número, no quiero decir que todos, porque en esto nunca hay todos. De ante mano podemos conjeturar que hay regocijo entre los duartistas y desde luego tristeza, que no debe paralizar, entre quienes desean extirpar el cáncer de la corrupción. Estamos alertas.
A ver, México sabe gritar ¡Gol! Pero no sabe clamar justicia. Algunas (la mayoría) amas de casa se enajenan con las cursis telenovelas, pero no ven la miseria y la corrupción galopante.La juventud se pierde en los videojuegos, el indecente internet, el celular y algunos en las drogas y la inmoralidad, pero no se ubican en la realidad; son autocráticos pero les gusta que les resuelvan sus problemas. La indiferencia, la enajenación y la manipulación son los ingredientes que se requieren para fabricar un país que odia la justicia, la democracia, a la humanidad, el estudio y la cultura. Nadie acompaña a Dios a empedrar el camino a la paz y a la felicidad. Se Vive en la Enajenocracia.
LOS QUE ANDAN con cara de “what happened here” es en el sector empresarial. No saben qué onda con los famosos terrenos de Labor de Terrazas, objeto de la denuncias contra el ex alcalde Javier Garfio liberado el pasado domingo.Y es que hay tres versiones oficiales; que los terrenos ya son del Estado, que no, y que se encuentran en litigio…Federico Baeza Mares, presidente de Coparmex, pedirá al gobierno que “transparente” el arreglo, que den santo y seña de cómo quedaron los predios que valen cerca de 400 millones de pesos.Y es que advirtió en la Coparmex, con esos tumbos informativos, pues se genera el descrédito de las instituciones resta credibilidad al sistema. A ver si César Jáuregui, cacha la bola y emite copia certificada de los títulos de propiedad y las anotaciones marginales para saber quien anda pifiando en el asunto.Tiempo la noticia digital 24/10/2017. Lo peor que puede pasarle a la vida es quedarse sentado esperando ver qué pasa. Saludos afectuosos al Licenciado Federico Baeza Mares. Presidente de COPARMEX Chihuahua..
Esta es la justicia del nuevo amanecer, frente amplio opositor y priistas se abrazan en bello gesto, arriba el prian?????