El gobierno estatal y el municipal de Chihuahua están organizando una magna fiesta para celebrar los 200 años del estado, y a la vez decretando que habrá retenes antiebrios. No se dan cuenta, o fingen hacerlo, que toda fiesta de la naturaleza de la que se organiza patrocina el consumo de alcohol con los resultados consabidos en accidentes automovilísticos, riñas y ausentismo laboral.
Pocos son los que saben de los 200 años de Chihuahua y de todas maneras se monta el circo, rodeado de la vigilancia posterior de conductores en estado de ebriedad, con el único propósito de recaudar a través de multas excesivas, cuando no de extorsiones y mordidas.
Algunos pensarán que los operativos antiebrios que se prolongarán por dos días, hoy y mañana, buscan garantizar la seguridad de los habitantes de la ciudad, pero esa es la máscara para encubrir la recaudación y generar las condiciones a los agentes para que extorsionen y muerdan como ya quedó dicho.
En otras palabras, se montará el escenario para que los “tránsitos” muerdan a placer y así al menos tengan un motivo para recordar el bicentenario de Chihuahua.
Por lo demás, como bien se sabe, estos agentes están en lo suyo sin perder oportunidad de integrar buenas pollas para buenos repartos con sus jefes.