“Cercano está el dios / y difícil es captarlo. / Pero donde hay peligro / crece lo que nos salva. / En las tinieblas viven las águilas / e intrépidos los hijos de los Alpes / flanquean el abismo / sobre frágiles puentes. / Y, como en torno, se acumulan / las cumbres del tiempo / y cerca viven los amados / languideciendo sobre montañas / muy escarpadas / ¡Oh, dadnos tu agua inocente; / dadnos el ala! Con el sentido más fiel / para cruzar allá y volver de nuevo”.