Cuando Javier Corral se hizo con el cargo actual, nombró a Juan Manuel Escamilla como su jefe de escoltas; entonces publiqué un texto en el que reseñé de qué espécimen se trataba –o trata– porque sus andanzas continúan en la misma línea. Es un personaje violento, abusón, prepotente y su historia subraya con énfasis esos calificativos que me parecen pálidos para describirlo. Fue el encargado para el mismo puesto con Patricio Martínez García, otro de los gobernadores que le abonaron seis años perdidos a Chihuahua. 

Aunque en su tarea quedó a deber, pues a Patricio le sorrajaron un balazo en la cabeza y su hoja de servicios era sucia, y más que se convirtió en Juárez cuando fue francotirador homicida de varias personas en la Plazuela de Acuña.

Corral me comunicó que lo había contratado por sus muy buenas certificaciones en los Estados Unidos, a lo que le dije que no había necesidad de ir tan lejos, pues en la Plaza Hidalgo, frente al Palacio de Gobierno, le podían dar las mejores señas de este troglodita. Me prometió, cosa que jamás creí, que iba a durar en el cargo hasta el día último de septiembre de 2016. Es su estricta responsabilidad el haberlo mantenido en el cargo, de alguna manera poniéndose en sus manos las veinticuatro horas del día. Pero la frivolidad del gobernante es tal, que con posterioridad lo ha hecho su amigo y hasta ha salido en su defensa con sus acostumbrados discursos hipócritas y apologéticos.

Como opositor a Patricio Martínez en varias ocasiones fui víctima de sus atropellos y aún padezco alguna consecuencia de sus golpes. Pero no me guío por refranes como aquel que dice: “arrieros somos y en el camino andamos”. Contrario a la no violencia ni denuncias presenté en su contra; habría sido ingenuo hacerlo ante el procurador Jesús José “Chito” Silva. Mejor me ha resultado, sobre todo en invierno, ponerme Iodex en la mano. Para mí son gajes del oficio, pero Chihuahua no tiene porqué soportar a este personaje por el peligro que representa y por su calidad bien ganada de hombre de las pestilentes cavernas.