Corre la noticia de que Javier Corral ordenó la operación mochila en todo el estado, que afectará a niños y niñas chihuahuenses y obviamente a padres y madres. No hay facultades para una decisión de ese tipo y es violatoria de los derechos humanos, en particular los que se le reconocen a la niñez. 

Con estas operaciones unilaterales sólo se contribuye a que todos nos vayamos acostumbrando a vivir en un estado policiaco, en el mismo sentido que se proyecta una reforma al modelo de justicia penal en el país. 

La cotidianidad llevará el sello de que a todos nos pueden revisar sin ton ni son y a placer de cualquier funcionario o policía. Por unos cuantos la pagan todos. Pero además se trata de un hecho de simulación que aparenta una preocupación que nunca han tenido los altos funcionarios, cuenta habida de que los narcotraficantes y los vendedores de armas a ciencia y paciencia de la autoridad realizan sus ilícitas y criminales actividades y en todas partes se expende droga como quien vende chicles o camotes en el mercado. 

Si realmente quisieran hacer algo de fondo, debieran revisar las cargadas mochilas de los corruptos políticos y someter a crítica todas las instituciones de la sociedad que han fracasado en este empeño de llevar la “cultura de la legalidad a todas partes”. Todos los días hay una riña entre políticos, regateo de sus declaraciones patrimoniales y alabanzas mentirosas a los que están en el poder. No se hable de la desastrosa conducta de los agentes viales que, con sus filosos dientes, propician la anomia por todos lados. 

Pero eso sí, a la hora de los cuidados del presidente de la república no falta un funcionario como Carlos Loera De la Rosa que refiera cómo al presidente lo cuida el pueblo. Y no para en loas, lo dice textual: “¡México cree en ti, Andrés Manuel!”.

Y con estas retóricas, que de la niñez se apiade dios si la policía no alcanza.