Es válido conjeturar que el desastrozo quinquenio de Javier Corral no concluya con él a la cabeza del Ejecutivo que hoy desperdicia entre sus manos. Esa ha sido mi hipótesis, porque Corral quiere trascender, de la manera que sea, hacia el año 2024. En esto incluyo la enfermedad de todos los gobernadores por alcanzar la silla imperial.
Nada extraño si lo vemos bajo la óptica de Renato Leduc, el gran jefe Pluma Blanca, cuando habla de los “culiatornillados”, de aquellos que para hacer política necesitan estar ensamblados a una silla burocrática. De una u otra manera, Javier Corral tiene 37 años dependiendo del presupuesto público: a partir de 1983 en el municipio de Juárez; luego ha sido diputado local, jefe de los panistas estatales a los que llevó al desastre en 1995, dos veces diputado federal, dos veces senador, ahora gobernador y funcionario en su partido.
Durante muchos años los panistas criticaban que líderes como Fidel Velázquez se eternizaran en los puestos, pero resultó que ellos padecían de la misma enfermedad y han sido rostros por varias décadas de sus organizaciones partidarias en las cuales se han enquistado.
En este marco estimo que esta columna fue la primera –cosa que importa poco– en señalar que Javier Corral renunciará o empleará cualquier herramienta que conduzca a lo mismo –en México la Constitución poco importa– para colarse de nuevo al oficio que mejor entiende: diputado con buen manejo retórico y con la irresponsabilidad que da hablar y opinar de todo sin la obligación de ejecutar nada, ya que cuando tuvo la primera oportunidad de gobernar como Ejecutivo se vió baldado, como lo dicen las encuestas que quisieran verlo ya fuera del gobierno por el desastre provocado, aunado a sus traiciones al sentir ciudadano, cuyo oleaje lo llevó a donde está.
Además buscará impunidad, a la más pura usanza del viejo régimen. En el pasado, cuando se señaló esto de su tránsito a un cargo parlamentario, él dijo que terminaría su quinquenio hasta el último día.
En realidad no sabemos a qué atenernos, porque este señor como dice una cosa dice otra. Como en el golf, escoges una pelota, un palo o un caddie a placer. El tiempo, ya que recordamos a Leduc, con su sabia virtud al conocerlo nos dirá qué pasa.
Como pluri no necesitaría pedir licencia. Únicamente cuando se le empalmen el inicio de la legislatura y el final de la gubernatura. Pero nada que una jugada al estilo de Velazco Coello no pueda salvar.
Buen día, creo que la decepción generada por la incapacidad de gobernar no le dará oportunidad de buscar algo más. El PAN como el PRI ha cavado su propia tumba. El 2021 será interesante la disputa entre Morena y un Independiente, no hay más
Hmm, vaya, vaya, vaya, disculpe Don Esteban, pero a sus 37 años que hoy menciona de vividor de Corral bajo el presupuesto público, que hace 5 años no le conocía los 32 años en ese momento de vividor del erario cuando lo acogió bajo su manto rumbo a la gubernatura estatal o en el 2004 cuando fué usted diputado por el PAN en el 2004 y estaban en alianza, a poco no sabía en ese momento de sus 21 años de vividor bajo el presupuesto público. A veces creo que es mentira ese distanciamiento suyo con Corral. ¿Nunca ha pensado en sus adentros lo iguales que son el actual con el anterior titular del ejecutivo?
P.D. Saludos a Don Leonel Reyes Castro.
Y si sabias todo esto de el, porque lo apoyaste?