Gobernar por tanteos, sea por incapacidad, ora por  audacia, sea por ceguera ideológica, lleva por un camino sinuoso, pero también enuncia un objetivo inamovible en los propósitos del Gran Hermano en Palacio Nacional. La prisa es su desnudo retrato. Los tanteos son consultas disfrazadas que exhiben una imagen difusa, otras veces proyectan un rostro claro e identificable.

La utilidad del poder es que da oportunidad a lo imposible y la virtud del gobernante consiste en hacer posible aquello que no lo es (que es imposible), según palabras del Calígula de Albert Camus. ¿Y qué es hoy lo imposible en México? Pues conservar el poder hasta que el cuerpo y la paciencia aguanten. La Constitución no permite que el Presidente y los Gobernadores duren más de seis años.

Pero hay ensayos. En Baja California hubo elecciones el primero de Julio para elegir gobernador por dos años y ganó MORENA con amplitud. Al parecer, el gobernador saliente (PAN), el entrante Jaime Bonilla de MORENA y el Congreso del Estado (saliente), por encima de las constituciones y la soberanía popular expresada para dos años,  armaron la intentona: la aprobación legislativa para extender el período del gobernador electo a cinco años hasta empatar con otros comicios generales. Todo –dicen– en beneficio del pueblo pero con un ganador único: el señor Bonilla. Así, lo que era legalmente imposible se volvió “legalmente” factible.  

En los hechos, la jugada es un tanteo indagador del nivel de aceptación del pueblo sobre la permanencia prolongada de gobernantes en el poder. Es, sin duda, una de esas curiosas consultas que el Gran Hermano del Palacio Nacional gusta de promover entre las multitudes. Poco a poco podrían irse acostumbrando a la idea de otorgarle una larga estadía en el poder a los hombres de la llamada cuarta transformación. Es la astucia, la audacia, audacia y más audacia, pregonada por Danton en la revolución francesa de 1789. Se confirma nuevamente el dicho aquel de que el deseo de mando es un demonio que no se ahuyenta ni con agua bendita. ¿Y quién los apaciguará?

Se habla mucho, hasta aturdir, de transformar pero no se tiene claro con qué sustituir el modelo existente. Tampoco se debate y analiza qué es lo que mejor conviene porque el hombre en Palacio Nacional tiene ideas fijas, ya formadas y sólo le interesa imponerlas, por la vía del capricho y la fuerza del poder, o por la aceptación acrítica de sus planteamientos. No admite correcciones ni remiendos de otras voces. Pareciera que todo lo sabe y siempre esgrime que tiene otros datos, otras informaciones, frases que sólo encubren ausencia de serios sustentos. En su llamada Cuatroté sólo se advierte lo que se quiere destruir, lo que se están desmontando, y aquello que sus ocurrencias han dictado a la nación. Sólo se proyecta una meta clara: la concentración personal del poder y a ello se somete el rumbo del país.

La búsqueda de oportunidades para corroer la observancia de leyes y normas que entorpezcan la acumulación y concentración del poder político en una sola persona, es variada y sujeta al azar. Hoy es el INE o la CNDH, otro día vemos el osado ensayo de extender el periodo del gobernador entrante como antecedente mínimo para generar jurisprudencia autocrática. AMLO está obeso de certidumbres y de ambiciones, una psicopatología del poder ronda y gobierna sus ensueños. 

El objetivo temprano de hoy que exhiben actos como este de Baja California consiste en ir acostumbrando a la población y mostrar que pueden hacerse esas cosas. Para que nadie se espante con los monstruos es preciso volverlos familiares al trato y así nos acostumbramos a convivir con ellos. No es una ocurrencia simple y aislada en la península del Pacífico, es una temprana acción del mayúsculo proyecto de permanecer en el poder por muchos años aprovechando los vacíos y huecos constitucionales que existen en toda legislación.

Es el más osado atrevimiento de la sed patológica de conservar el poder a costa de todo pero con apego a los vacíos legales que nunca faltan. Lo de Baja California es la audacia política más peligrosa para la democracia en México y se ha exhibido muy prematuramente. Bueno, pues eso es MORENA. Y sin duda, merece una respuesta ejemplar para apaciguar futuros intentos.

Pero surgen dilemas novedosos. Si formalmente la decisión legislativa del congreso local de BC se apega a su Constitución del estado, ¿qué inconstitucionalidad puede entonces alegarse a un acto constitucional a nivel estatal? Los aprendices de autócratas siguen su camino: arrinconar a la Constitución aprovechando los huecos que nunca faltan, pero siempre apegándose a ella. Los autócratas de hoy no niegan la constitución, se apoyan en ella para anularla, neutralizarla y sacar provecho de sus situaciones inesperadas. Se apoyan en ella para desvirtuarla. Nada tontos: es la astucia de la dictadura personal que busca instalarse en México.

La osadía no tiene límites. Hacen que la soberanía del pueblo expresada en las elecciones sea  distorsionada por la soberanía legislativa para beneficio de un gobernador electo. Se trata de arrinconar a la Constitución con las mismas facultades que otorga para aprovechar sus efectos democráticos y favorecer la consolidación del poder autoritario concentrado en una persona y perdurar por largos periodos (usualmente refrendados por periódicas elecciones). Es la nueva moral del autoritarismo democrático sustentado en “la mentira del pueblo soberano en la democracia”, según sustenta Emilio Gentile.

La pretensión del Congreso de Baja California  es una desmesura inaudita. Merece una respuesta ejemplar para desanimar futuras tentaciones. Sólo dos voces propias y tempranas asumieron una posición de rechazo digna y replicable: el diputado Porfirio Muñoz Ledo y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; luego se sumaron las fracciones legislativas de los partidos en el Congreso Federal. Otros acechan el desenlace. Entre estos oportunistas, el Presidente López Obrador ha sido ambiguo y falto de consistencia porque la intentona bajacaliforniana se inscribe en su perseverante distorsión de las instituciones democráticas. 

En el escenario, quedan buitres que esperan la carroña de la osadía para reorientar sus esperanzas. ¿Habrá castigo ejemplar? Es dudoso y probable que el grave suceso quede adormecido en los arreglos cupulares de los partidos políticos. Entretanto, los zopilotes reposarán sobre las bardas del Palacio Nacional en la capital del país en espera de nuevos y atractivos vuelos.